América de Cali, otro grande en la B

En las dos finales en las que River ganó la Copa Libertadores, tanto en 1986 como diez años más tarde, su rival fue América de Cali. Se suponía que esos encuentros decisivos eran lo único que tenían en común. Sin embargo, el sábado pasado se agregó un item más: al igual que los de Núñez, los “Diablos Rojos”, máximos campeones de la primera división colombiana (junto con Millonarios de Bogotá, ya que ambos poseen 13 títulos), también descendieron a segunda división por primera vez en su historia.

¿Cómo llegó a ese punto el equipo escarlata? Tal como sucede en Argentina, los descensos se decretan con los promedios de las actuaciones en las últimas tres temporadas. Los caleños terminaron en el anteúltimo puesto, por culpa de, por ejemplo, el último lugar en el Finalización 2009 con apenas trece puntos (una victoria, diez empates, y siete caídas), la antepenúltima ubicación en el Apertura 2010 con 16 unidades (cuatro triunfos, cuatro igualdades y diez derrotas), el hecho de que ya no se tomaba más en cuenta el título en el Finalización 2008, y el estar navegando en la mitad de tabla en los restantes campeonatos. Eso decretó que jueguen la promoción con Patriotas FC de Tunja, Boyacá.

Aunque se dio una situación muy bizarra: a pesar de tener que jugar dos partidos para permanecer en la categoría, se clasificaron para disputar los play-offs para ver si podían consagrarse campeones, y podía darse la casi inedita situación de que un equipo lograse el título, y al mismo tiempo, descendiese a la segunda categoría. Sin embargo, ese morbo duró poco, ya que perdió en la primera ronda con el Once Caldas, que sería finalista a la postre.

Luego de esa experiencia, tuvieron que afrontar los dos partidos de la promoción. En la ida, en el Estadio La Independencia, empataron 1-1. La vuelta, que fue en el Pascual Guerrero, pintaba para que sea de los rojos, algo que se acentuó con el gol de Jairo Castillo en el minuto 50. Pero los de Tunja no se rindieron, y empataron en el 64′ gracias a Anuar Guerrero, forzando así la definición por penales, ya que en Colombia, a diferencia de Argentina, no hay “ventaja deportiva” para el de mayor categoría.

América comenzó complicado, ya que en el segundo tiro de ellos, el arquero Carlos Chávez detuvo el envío de Jamie Córdoba. Sin embargo, el cuarto disparo de Patriotas, ejecutado por Ever Rentería, se fue por encima del travesaño. Las esperanzas de los dueños de casa renacieron. Pero no por mucho tiempo. Porque Castillo estrelló su envío, el quinto de su equipo, en el palo izquierdo. Su expresión de tristeza luego era elocuente. Carlos Chávez, arquero visitante, e irónicamente ex jugador de las inferiores de su rival del sábado, tenía la chance de darle el tiro de gracia a las ilusiones de los “Diablos Rojos”. Y lo hizo.

Por su pasado, él no lo gritó. Incluso en su cara se veía algo de culpa por haber mandado a la B al equipo en que se formó. Quedó quieto, pensativo, quizá preguntándose por qué él tenía que haber sido el encargado de esa decisiva ejecución, y no algún ex Deportivo Cali, Atlético Nacional, Millonarios o  Santa Fé. Pero, tal como se preveía, a sus compañeros eso no le importó nada, y lo corrieron a abrazar. Patriotas ya ascendió a A (habrá un nuevo clásico con el Boyacá Chicó, con el que sólo jugaron por Copa Colombia). América ya descendió a la B.