Revista Cultura y Ocio
El timador Irving Rosenfeld ve su sueño más cerca de cumplirse cuando conoce a Sydney, quien le iguala en ambición. Juntos ponen en marcha varias estafas con las que ganar pequeñas fortunas, hasta que llaman la atención del agente federal DiMaso, quien les obliga a ayudarle a destapar un caso de corrupción que involucra al alcalde de Nueva Jersey y a varias familias mafiosas de la costa Este.
Apenas un año después de que estrenara su anterior trabajo, la divertida y recomendable El lado bueno de las cosas (Silver Linings Playbook), el director David O. Russell vuelve para continuar la racha que iniciara con la correcta The Fighter. En esta ocasión adapta, junto al guionista Eric Warren Singer, los sucesos relacionados con la operación Abscam que el FBI llevó a cabo a finales de los 70 para destapar varios casos de corrupción. American Hustle se centra en un par de timadores y las circunstancias que les rodearon y les involucraron en dicha ocasión, y con esta historia nos presenta y explora a un grupo de personajes unidos por su condición de soñadores: los protagonistas de la película aspiran a ser alguien diferente de quienes son, cada uno según sus propios ideales de éxito, y de esta forma conectan sus ideales con los principios del sueño americano.
Bebiendo de obras como El golpe, Casino, Rounders o American Gangster, American Hustle nos traslada a unos particulares años 70, poblados por peinados imposibles, vestimentas exageradas y personajes ambiciosos que se verán envueltos en una trama de enredos y juegos para ver quién es más listo y que involucra a agentes federales, mafiosos y políticos, siempre en tono de comedia ácida. En este aspecto juegan un papel fundamental los ágiles diálogos, marca de la casa desde El lado bueno de las cosas, mordaces y llenos de ingenio; y por supuesto una puesta en escena que confía en seguir a los personajes en todo momento, bebiendo formalmente del Casino de Scorsese o de los primeros trabajos de Paul Thomas Anderson. Incluso en la selección musical se inspira en estos dos directores, con elecciones de canciones de la época más que acertadas, como 10538 Overture de E.L.O.
Además, uno de los pilares fundamentales de American Hustle es el reparto, pues O. Russell ha demostrado ser un gran director de actores, y sin su trabajo una historia de estas características no despertaría ni la mitad del interés que está generando. Todos los intérpretes están excelsos, desde secundarios como Jeremy Renner, actor de inmenso potencial, un irascible Bradley Cooper y una despampanante Jennifer Lawrence, quienes consiguen hacer que sus personajes resulten cargantes pero humanos; hasta la pareja protagonista formada por Amy Adams, gran actriz donde las haya, y Christian Bale, que vuelve hacer gala de su habilidad para alterar su aspecto físico y su acento. Les acompañan también estimables secundarios como el cómico Louis C.K., y los amigos de Boardwalk Empire Jack Huston y Shea Whigham (quien repite con O. Russell), además de la breve aparición de Robert De Niro, que tristemente es de lo mejor que está haciendo en la actualidad, dadas las penosas películas que protagoniza.
Puede que le sobre algo de metraje, termine haciéndose un poco larga y su mensaje no sea demasiado profundo, contundente ni rompedor, pero American Hustle resulta una película disfrutable de principio a fin, divertida, ingeniosa, en línea con los anteriores trabajos del director y protagonizada por un reparto de astros. Más que recomendable.
Ficha de la película.