Revista Opinión
Decía un político alemán que existen los amigos, los enemigos y los de tu propio partido. Algún periodista al que respeto mucho en sus opiniones, ha abordado la última asamblea del PSOE de Cádiz como un acto más de "Adictos al Hara-Kiri". Allí votábamos el final de un culebrón sobre la elección de la lista municipal que tendrá que competir con la candidata y alcaldesa del PP en Cádiz, Teófila Martínez. Después de haber gobernado al principio de la democracia con un gobierno plural de izquierdas, y luego con mayoría absoluta del PSOE, ahora nos enfrentamos a unas encuestas en las que a lo sumo nos dan 5 concejales y con un horizonte de más de 20 para la derechona de siempre. Nadie puede entender que en una ciudad con el mayor nivel de paro de Europa la fuerza mayoritaria de izquierdas no consiga ilusionar a la ciudad. Me cuesta mucho escribir de un tema que es susceptible de poder abordarse de forma más pasional que racional pero creo que el principal problema de esta situación estriba en que en el PSOE se ha reproducido el mal de la partitocracia actual, y en Cádiz es si cabe más elocuente, la estructura orgánica se convierte en clan de reparto de prebendas con el único objetivo de repartir puestos de trabajo bien remunerados. Da igual que se pierda, da igual presentar una lista que ni si quiera sea atractiva, dan igual las encuestas, los sondeos, que los veteranos del partido hayan huído de presentarse por la derrota que ello llevaba, da igual todo menos la estabilidad del clan. El clan controla porque el interés común es el interés de los que están en el aparato y así ocurre. Ha ocurrido algo parecido en Málaga. No se han permitido primarias y en cualquier caso las primarias se eligen en asambleas cada vez menos movilizadas. No tiene sentido que en la asamblea de una capital de provincia como Cádiz vayan algo más de doscientas personas de las que más de 100 tienen nómina en alguna de las administraciones que controla el partido, ¡qué tipo de representatividad podemos tener! ¡qué tipo de vanguardia obrera representamos! ¡cómo podemos seguir con la O de obrero cuando aplicamos la reforma del mercado laboral que nos exigen los banqueros o subimos la edad de jubilación para favorecer los fondos de pensiones privadas! ¿a dónde vamos? Bueno me callo porque lo peor es que no tengo la medicina ni la receta para esto, porque por otro lado es normal que un compañero o compañera, sin estudios y sin trabajo, que de pronto se ve de asesor de la Diputación o de la Junta cobrando cuatro mil euros y más, entre por el aro de todo esto y sea el más socialista de toda la vida, y si además mete en el partido a toda su familia pués ya tiene el 10% de la asamblea y un puesto en la lista municipal. Así es y el problema no será este compañero o compañera sino el sistema partitocrático que lo permite. Uff.
- La foto de arriba me la envió el amigo periodista gráfico Eulogio García Romero en el momento de votar la lista.