Revista Psicología

Amistad de quita y pon

Por Rms @roxymusic8
Amistad de quita y pon

(Image source: newmanconnection.com)

Hubo un día en que hablé de la amistad, intenté hacerlo, aproximarme al menos. Sigue estando en el punto de mira porque no es cualquier cosa. Ya lo habéis oído y leído por ahí, es un tesoro. Y quien tiene un amigo tiene un tesoro. ¿Qué es un amigo? Fácil: un tesoro. Pero, qué es, cómo esPara cada uno de nosotros un amigo será de una determinada forma según las circunstancias y vivencias pasadas juntos. Si tuviera que definir lo que es un amigo me acogería al verbo to be del inglés. Me explico. En español siempre hemos traducido este verbo como ser, estar. Y un amigo es y está. Un amigo es como es, se muestra tal cual es, no pretende ser otra persona sino ser él mismo; y está, tanto física como espiritualmente, no importa el tiempo, la distancia, las diferencias, las expectativas; está para ti.

El título que he dado a esta entrada tiene un incoherencia bastante obvia. No puede existir una amistad de quita y pon pues la verdadera amistad persiste, no es ahora sí, ahora no. Hoy quiero, mañana no. Quizás muchos pensáis que es trabajosa y lo es, pero lo va siendo menos en la medida en que hay un aprecio auténtico y un amor puro y una reciprocidad, ya que todo fluye de forma natural sin tener que negarse uno y sentirse mal por ello. Cuando conoces a ese amigo tuyo, cuando él (ella) te conoce, desaparecen los miedos y aparece la confianza. No hay lugar para la duda ni la desesperación. Sólo queda el convivir y seguir creciendo juntos. Juntos. Quizás es ésta la palabra clave y la que explica esa reciprocidad. Si no se va a la par, no se llega al mismo puerto. ¿Y adónde se quiere llegar? La amistad no lleva a otro sitio que no sea el conocimiento de uno mismo y del otro, y el quererse bien a uno mismo y al otro. Una amistad nos ayuda a ser y a estar. Un amigo es y está para nosotros, como tú eres y estás para el otro.

Sí, los amigos son los que caminan a tu lado y te ven crecer, además de participar en ese crecimiento. Una amistad no sería amistad sin ese crecimiento mutuo. No me creo que se tenga amigos para salir de fiesta, otros para hacer deporte, para vivir la fe y otros para estudiar. Eso es catalogar la amistad, acotarla y rebajarla. En ese caso tendrás personas con las que salir de fiesta, hacer deporte, rezar o estudiar. El amigo es mucho más que alguien que sólo hace una cosa de aquéllas. Las hará pero las llenará de algo más. ¿Qué es ese algo? Es difícil poner palabras a ese algo pero de alguna manera para mí es darle un sentido y hacer que todo esté unido, que haya una armonía en mi vida. Si llegas a contar con estas personas, amigos, tu vida se mantiene en pie por el buen camino aun uno meter la pata, ellos serán los que te levanten, los que te cojan de la mano, los que te devuelvan al camino con palabras y gestos.

Me da la impresión de que cuando hablamos y catalogamos a las personas lo hacemos de forma independiente, es decir, separadas de tu vida. Porque es hacer esa actividad y ya, hasta la próxima. Igual pasa con las felicitaciones de fiestas, cumpleaños, santos, aniversarios… En cuanto se acerca Navidad, Año Nuevo, un día importante para ese persona, cogemos el móvil o el portátil y le hacemos llegar nuestra más sincera felicitación y buenos deseos. Y ya está, hasta la próxima. Reconozco que he sido de éstas hasta hace poco (unos meses atrás). No se puede ser hipócrita y sólo acordarse de esa persona cuatro veces al año porque toca, porque esa fecha te dice que debes escribirle o llamarle. Es como en las bodas: tanto protocolo y compromiso con las invitaciones y eso se convierte en todo menos en una celebración de algo importante (esto es otro tema). Pero claro, quizás esa persona todavía no se ha convertido en un amigo para ti por esa falta de relación, de roce, de cotidianidad. No podemos pretender su amistad si no media tiempo compartido y conversación con esa persona.

Tampoco me convence la idea que muchos sostienen sobre el paralelismo de los ciclos de la vida con las amistades. Muchos conocéis ese ciclo y dicen que las amistades vienen y se van, cambian de un ciclo a otro de la vida. Y otra vez confundimos las cosas. Las personas son las que Dios pone en tu camino, los amigos también pero si son amigos permanecen por la voluntad de uno. Los amigos aparecen pero los eliges tú, y él te elige a ti. Hay una voluntad por medio. Es verdad que nuestra vida da muchas vueltas, que vivimos un sinfín de experiencias y en ellas conocemos gente. Ésta y no otra es la que tenía que estar ahí en ese momento y, por tanto, no hay que verla como una pérdida pues si no se ha mantenido en la vida era porque esa era su misión en su vida y en la tuya. Parece que se trate de algo abstracto y muy superficial pero no lo es. Me refiero a que nos empeñamos en querer tener personas a nuestro lado, amigos de verdad y no nos paramos a reflexionar y entender el sentido de todo. Amigo y conocido no es lo mismo. Persona que comparte una experiencia contigo y un amigo no es lo mismo. Que aquel conocido y aquella persona aislada sea un amigo depende de él y y de ti, y del tiempo pasado juntos sumado a las conversaciones, gestos y vivencias que llenen de sentido la existencia de uno y del otro. Si una amistad no nos tira para arriba, si no nos exige, si no nos hace mejores personas… No puede llamarse amistad. Para pasar el tiempo ya tenemos Internet (como se ve ahora mismo).

Internet, o lo que es lo mismo: Twitter, Facebook, blogs donde te siguen, te invitan y tú les sigues y les aceptas invitación. ¿Cuándo fue la última vez que revisaste la lista de contactos en cada una de las redes sociales en las que estás metido? Hay que saber por qué y para qué se está y, en función de eso, tener o no unos contactos u otros. Porque tenerlos ahí por tener no tiene sentido (aunque para muchos sirva para decir mira qué popular soy). Cada uno tiene una estrategia o quizás no. Entiendo que muchos desconocen el uso y otros no se plantean mucho más. Pero los que sí valoran esas redes y, más aún, la vida real y las relaciones personales que reflexionen en una cosa. Revisad la lista de vuestros contactos, seguro que os dais cuenta de que podrías quedaros con la mitad e incluso con menos (el tema profesional es otro mundo). De verdad, párate a pensar. ¿Que con tres dedos de la mano te sobra y te basta para contar a tus amigos? ¡Bendito seas por tener tan sólo a uno!

La vida real no es marketing, no se trata de a cuanta más gente llegues mejor, cuanta más gente tengas mejor… La amistad es un tesoro. ¿Qué es para ti un tesoro? O, al revés, qué es lo que consideras en la vida lo más valioso. Bien, pues ahora piensa en alguna persona que se merezca tan gran honor y cuídala. Ten esa amistad en la mira para futuras amistades o para encaminar tus relaciones personales actuales a esa amistad, a ese tesoro que ya tienes. ¡Puedes tener más de uno! Sólo necesitas ser quien eres y estar para la persona que aparece en tu vida.


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