Revista Cultura y Ocio

AMLO y los símbolos de que México evolucionó

Publicado el 21 agosto 2018 por Miguelj14

Lo veremos hablar de temas que se ignoraban, sólo falta ver si se pagará un costo por ello

AMLO y los símbolos de que México evolucionó
Hacer visible lo ignorado. Esa será la única cosa que, sin temor a dudas, conseguirá López Obrador como próximo presidente de México. ¿La residencia oficial de Los Pinos como espacio cultural, reducirse el sueldo a casi la mitad, un gabinete integrado por 8 mujeres y 8 hombres, rescatar a los indígenas que nadie quiere ver? Algo inconcebible que, en cuanto se pueda, medios, líderes de opinión y cualquiera que se sienta adinerado o simplemente odie a AMLO, tratarán de hacer a un lado.
Estamos a poco menos de cuatro meses para que estas medidas se disparen como un cohete enviado a las estrellas. Por su aire de fantasía y palpable seducción. ¿Habrían ocurrido con Ricardo Anaya o con José Antonio Meade? Por eso, el 1 de julio estalló el Zócalo de la Ciudad de México. Porque muchas personas creen que AMLO puede ayudar a ver el país de otra forma. Y también muchas otras piensan que es lo peor que le ha pasado al país, tan bien que se movía con desapariciones, feminicidios, asesinatos a periodistas, y demás cuestiones alarmantes. 
Estas decisiones importan porque inciden en la sociedad, pero también por su extraña aparición. Quién, en su vida, pensaría poder conocer los rincones de la residencia oficial. Que no gane algún premio o sea importante, obviamente. 
Si la humanidad se divide en 50 por ciento hombres, 50 mujeres, simular que ellas no existen en lo laboral, es vivir en el siglo XVIII. En el gabinete que inició Enrique Peña Nieto, sólo había tres mujeres. Con los anteriores presidentes, lo mismo. Los mexicanos, tan racistas como somos, tendremos que voltear a quienes nos dan de comer, los indígenas, porque al final eso somos, y no “güeritos” que suspiran cuando el comerciante nos llama así.  
Para entusiasmarse con lo desconocido, hay 47 medidas más de este tipo. Forman parte del programa de anticorrupción y austeridad que presentó López Obrador, semanas después de ganar las elecciones presidenciales. ¿Alguien sabía que los funcionarios podían viajar al extranjero sin autorización del secretario correspondiente? ¿O que tenían gastos médicos privados y guardaespaldas, aunque fuera el funcionario más equis?
Habla de las políticas que se impulsarán y sus personajes cercanos, diría cualquier interesado por el sistema neoliberal que ha disminuido la pobreza y la violencia en el país. Su partido, Morena, dominará el Congreso y eso, en su frase preferida, “a mí me preocupa”. Lejos de la ocurrente descentralización de las Secretarías, cabría pensar si habrá ámbitos que afecten sus intereses propios. 
La preocupación está en el nombramiento de Manuel Bartlett como próximo titular de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), como puede estar en la liberación de Elba Esther Gordillo. También debería estar en las televisoras, que pusieron a Enrique Peña Nieto en 2012, y en una de esas, dejaron que López Obrador llegue en esta ocasión. Pero entonces recuerdan que son analistas de esas empresas y prefieren no decir nada al respecto. 
El acuerdo, visible pero no latente, ocurrió antes y durante las elecciones. Se dio entre los poderosos que manejan el país, o sea empresarios, televisoras y algunos políticos (los nombres están en la lista de lo más ricos del país). ¿O apoco no tendrían poder de maniobra con las fortunas millonarias que ostentan? Sólo hay que recordar el enfoque sesgado a los aspirantes a la presidencia en los programas de televisión de los dueños de Azteca y Televisa, tanto a AMLO, Meade y Anaya. Y bueno, la vida audiovisual de todos los mexicanos no es Netflix, 8 de cada 10 ven televisión abierta, según un estudio de la firma Kantar Worldplanel de finales de 2017.
Pero ese pacto, que aún sigue en ejecución al reunirse con Meade, ex candidato del PRI, tendrá un límite. La cuestión es, como señala el periodista Jorge Zepeda Patterson, ver hasta dónde llega. ¿Estamos de acuerdo que Televisa pudo hacerle guerra sucia a López Obrador, como en 2006 y 2012? No lo hizo y dejó que siguiera su camino. Por alguna razón Esteban Moctezuma, de Fundación Azteca, se unió a su gabinete como futuro Secretario de Educación. Por algo Andrés Manuel tuvo su cierre de campaña en el Estadio Azteca, sede del club América y de eventos de Televisa, propiedad de Emilio Azcarraga Jean. 
Este andar, que puede resultar en una negociación de 50-50 en causas, ya dejó dos vías para entender un poco cómo funciona la política en el país. Que sí cuenta el voto de la gente, basta entrar a las redes sociales y ver el contenido pro-AMLO y la reacción de los ‘pejezombies’, que ayudaron de una u otra forma para ganar la elección. Pero no es lo único. Por algo los mexicanos con poder se sitúan en la lista de los más ricos del mundo. 
Esa vía permite que, por primera vez desde hace mucho tiempo, aparezcan los índigenas y las mujeres en el mapa. ¿Por qué no pensar en que sea la ruta hacia la primer presidenta mujer, y la primer presidenta indígena? Por lo pronto, ya se tiene al primer presidente de piel morena en muchas décadas y egresado de escuela pública, lo cual significa en un país racista y clasista como México. Con símbolos, ese mismo presidente desnudó aspectos de la política mexicana que pocos conocían y que pronto serán una realidad. Sólo resta esperar el otro carril que llevará ese otro 50 por ciento, donde la prensa, las televisoras y los millonarios deciden la mitad de lo que sucederá alrededor del presidente.

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