Amor ciego y representado en “Paris, je t’aime”

Concluimos nuestra trilogía sobre el amor recogido en “Paris, je t’aime”, con el cortometraje dirigido por Tom Tykwer y ambientado en el barrio de Faubourg Saint-Denis, en donde asistimos al romance de un ciego y una joven actriz. La ceguera de Thomas -los celos- y el arte de la representación de Francine dan lugar al equívoco y despiertan la susceptibilidad, y por un momento él siente el dolor de la pérdida y el vacío ante un futuro sin sentido. Sufre y eso acelera su corazón, el reloj avanza rápidamente y súbitamente se pone en movimiento para evitar el desenlace fatal. Corre, Thomas, corre… parece decir el director alemán, mientras el joven enamorado recuerda aquel maravilloso instante en que se conocieron.

Paris je t'aime-Portman

El reloj da las diez… y no hay tiempo que perder porque el amor tiene sus tiempos y no espera. Hay que estar en el lugar adecuado y en el momento preciso, y por eso el ciego se convierte irremediablemente en lazarillo para quien quiere aspira al papel de ficción de una prostituta… y acaba encontrando otro real de enamorada. Los días pasan y tantas cosas compartidas traen el cariño… con una cámara que devora el tiempo y quizá también el amor, porque la rutina de la vida diaria tiene también sus riesgos. A medio camino entre el drama y la comedia, entre el cine y la realidad, Natalie Portman y Melchior Derouet nos regalan una vida de amor que parece esfumarse en un instante, con el tiempo subjetivo que parece fagocitar la esperanza de felicidad. Y es que hay unas cosas que se ven y otras que no, ya sea con los ojos o con el corazón.

Imagen de previsualización de YouTube

En la imagen: Fotograma de “Paris, je t’aime” – © 2006 Victoires International y Pirol Film Production. Distribuida en España por Manga Films. Todos los derechos reservados.