Revista Coaching

Amor cruzado

Por Soniavaliente @soniavaliente_

El otro día escuchó la declaración de amor más bonita desde hacía mucho tiempo. Como siempre, fue en el metro. Una declaración de amor a las 9 de la mañana. Nunca es demasiado pronto para el amor aunque sea lunes. No tuvo más remedio que dejar de leer. Fijar la vista en algún punto indeterminado de un párrafo de la página 59 y dejar a los pobres atormentados del triángulo amoroso de la ficción suspendidos en sus miserias. El dolor siempre puede esperar.

Al principio, no reparó en ellos. Hablaban bajito. Después, la chica se quejaba todo el tiempo. Y la ignoró deliberadamente. Últimamente ha desarrollado una habilidad casi mágica para bloquear las quejas. Son demasiado tóxicas. Es increíble cuánto nos quejamos. Desde que ha empezado el año ha hecho un pacto consigo misma. Se levanta más temprano, realiza ejercicio en casa antes de ir a trabajar. Y en el trayecto, lee ficción. Comenzar el día teniendo tiempo para ella. Nada de responder mails antes de las 9, ni escribir el check list de tareas in itinere que le aceleran más que el tercer café. Ese del que no sabe si prescindir o no y siempre acaba tomando. Y si el metro, alguien transmite mal humor, cambia de vagón.

Amor cruzado

Foto: sandiegored.com

Su inhibidor de quejas casi le hace cambiarse de sitio pero entonces escuchó: “Eres la mujer más maravillosa que conozco, cualquiera sería afortunado de tenerte en su vida”. La chica, insultantemente joven, lo miró sin verle como quien oye llover. Y continuó con su torrente de excusas: “Mi amiga dice que él me quiere, que no me contestó el domingo a los whatsapps porque tendría resaca”.

Se quedó con las ganas de decirle a aquella idiota: “Nena, ¿no ves que es éste el está loco por ti?”. A veces, la explicación más lógica es la más probable aunque nos empeñemos en complicarlo todo. Volvió a su drama ficticio. Y a su guerra diaria con un sonrisa tontorrona en la cara.


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