¿Qué puede tener en común una niña de 19 años que trabaja en un mini-market con una ejecutiva bancaria, una azafata y una enfermera? En primer lugar, son madres y en segundo lugar han dado la pelea por sus hijos en los distintos Tribunales de Familia de Santiago.
En el mes de la madre y en medio de todo el bombardeo publicitario que nos "invita" a comprar perfumes, zapatos, carteras y un sin fin de cosas, me encontraba hojeando el diario y vi uno de estos suplementos del "Día de la Madre". Fue así como me puse a pensar en todas aquellas madres que han tenido que recurrir a mecanismos judiciales con el fin de hacer valer los derechos de sus hijos e hijas.
Podría pasar semanas enteras redactando columnas sobre la historia de cada una de ellas y el por qué han llegado a estas instancias, sin embargo, lo que todas tienen en común es que han empezado una lucha, no menor, por el amor que sienten hacia sus hijos. Las razones son variadas, madres que se separan por incompatibilidad de caracteres, infidelidad y todo lo que se les pueda ocurrir, que finalmente no reciben la ayuda económica de sus ex-parejas y deben demandarlos por los alimentos de los menores, o bien mujeres agredidas, tanto ellas como sus hijos, y han decidido poner término a esta situación.No es fácil, sobretodo en Chile donde el machismo se huele en el aire, ellas se han enfrentado a los clásicos comentarios: "Qué pena, perdiste los mejores años de tu vida con este tipo", "lástima, a tu edad será difícil que puedas tener pareja... sobre todo si tienes hijos", "pobrecita, en tu lugar yo no sabría qué hacer, lo encuentro terrible". Y aún así, ellas han decidido "ventilar" situaciones muy íntimas... Para nadie es grato develar ante un Juez detalles de su vida personal, sobretodo si se involucra lo más preciado para ellas... sus hijos. Yo he compartido con ellas la rabia, la impotencia, la pena que arrastra este tipo de situaciones, y también la alegría y la dicha de cuando se acaba un juicio con un resultado satisfactorio.Creo que no hay palabras para ilustrar la fuerza, el coraje y la tenacidad que he visto en cada una de ellas y que sin duda guardo como un gran tesoro en mi corazón, porque ellas son claramente un ejemplo digno de seguir y ante las cuales todos los varones deberían sacarse el sombrero. Es por eso que esta entrada va dedicada, no solamente a estas madres, sino a todas aquellas que luchan día a día por sacar adelante a sus hijos.