Revista Opinión

Amor eterno: amor de madre

Publicado el 14 mayo 2018 por Eduardlis Bárbara Cortellán Conesa @Eduardlis

Amor eterno: amor de madreEl Día de las Madres es considerado una jornada especial dedicada a esas personitas que en la vida de los seres humanos ocupan el primer lugar, son ellas gigantes por su inmenso corazón y por el amor tan tierno que irradian a su alrededor.

Sí, son ellas esas mujeres colmadas en delicadeza y sensibilidad, llenas de títulos, licenciadas en amor, enfermeras del alma capaces de curar las heridas con un beso, sanadoras del corazón y expertas en cariño, ellas son nuestras nanas, nuestras confesoras, nuestras maestras de vida, nuestras eternas acompañantes.

Amor eterno: amor de madre
Amor eterno: amor de madre

El amor de madre es incondicional y eterno, quizás entre todos los tipos, es el que más potencia tiene. El amor que brota entre madre e hijo surge de forma instantánea como una conexión que une dos cuerpos y dos almas.

En ellas los conocimientos y enseñanzas brillan a través de sus ojos, unos ojos que nos iluminan el camino y ofrecen el privilegio de ver cada día el reflejo de las batallas de la vida. Son ellas las que llegan a sus frutos siempre con una dulce voz repleta en afecto, son ellas las que dan, sin pedir nada a cambio, unos besos que siempre sellan con suavidad nuestros desvelos y preocupaciones. Ellas son las que durante años forjan escudos para proteger a sus hijos de cualquier tempestad.

Lo que se siente por una madre es indescriptible. Podemos intentarlo, pero no seremos capaces de expresar todo lo que nos viene al corazón cuando pensamos en ellas, pues se nos desborda el alma al sentir tan inmenso amor.

Aprovecho el tema para hacer referencia a este escrito del psicólogo social alemán Erich Fromm publicado en el año ‘1956’ en ‘El arte de amar’: “El amor incondicional es aquel que sólo puede brindar una madre. Este amor es único. Sólo entiende que dar es mejor que recibir. Una madre da todo su amor a sus hijos y elige que sus hijos sean felices a través de su amor. Por su parte, un hijo puede constatar este amor al ver que su madre es raíz, alimento, hogar, refugio, perdón, crecimiento y renovación”.

Y culmino con esta frase de Bersot: “Muchas maravillas hay en el universo; pero la obra maestra de la creación es el corazón de una madre”.

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