Preocupante, los jóvenes no quieren trabajar en el sector público. La Política se ha convertido en un espectáculo de influencias, promesas vacías, clientelismo, y en no pocos casos, la corrupción también es sinónimo del ejercicio público.
¿Cómo hacer atractiva la Política para los jóvenes? A través de la cultura y de la educación. En los colegios, en las universidades, en la familia, en los medios de comunicación, deben crearse y transmitirse valores que estimulen el valor de la público.Sin embargo, hoy en día sucede todo lo contrario, ya que en los centros educativos se estimula y se promueve la transmisión de información desalojada de valores sociales o colectivos, de libertad responsable, de responsabilidad con el grupo, en fin, de valores políticos.
La Política (con "p" mayúscula) es el ejercicio del poder dirigida a lograr el bienestar colectivo. Pero, en la actualidad vemos todo lo contrario, en muchos casos no en todos. Muchos políticos entran al servicio público para servirse a sí mismos o para servir los intereses de unos pocos, la Política se ha convertido en politiquería, y las viejas formas de hacerse elegir en un cargo público no se han erradicado en la democracia occidental.
Amor a la Política, debemos inculcar en los jóvenes, en el aula de clases, en los textos de estudio, en los medios de comunicación, en la familia, para que más personas quieran trabajar en lo público, para que más personas competentes puedan llegar a ejercer altas dignidades en el Estado. Pero si ahondamos en la repulsión por lo público, en repetir como loros que "todos los políticos son corruptos", y en general, en desestimular el trabajo social o colectivo, pues no nos extrañemos si a la Política llegan los peores y no los mejores como aconsejaba Platón.
La Política es noble en su esencia, pero se ha ensuciado por falsas ideas y por groseros ejercicios, la Política debe ser ejercida por lo mejores, para enaltecer la democracia, para crear bienestar para todos, y no para unos cuantos.