Los espectadores que descubrimos a Céline Sciamma cuando Tomboy se proyectó en el 14º BAFICI celebramos la inclusión del nuevo trabajo de la realizadora francesa en el programa del 34º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Retrato de una joven en llamas se titula este largometraje sobre la irrupción y el recuerdo de un amor que excede la noción occidental (finita) de Tiempo.
Marianne y Héloïse conviven pocos días en una casa ubicada a metros de la costa bretona. El encuentro entre estas dos jóvenes mujeres se extiende apenas unos días de 1770, por razones comerciales: la primera fue contratada para pintar a la segunda. Sin embargo, el vínculo crece más allá del origen contractual y se revela inmune a las normas de una época y al paso de los años.
Sciamma recurre a todas las artes para representar el amor en tanto proceso de descubrimiento, acercamiento, conocimiento, encuentro, fusión física y anímica, eventual separación (sólo entre los cuerpos). La fotografía a cargo de Claire Mathon, la textura de las ropas diseñadas por Dorothée Guiraud, los bocetos de Hélène Delmaire, el mito de Orfeo y Euridice, el invierno según Antonio Vivaldi, un coro de mujeres entonando Fugere non possum, por supuesto las impecables actuaciones –de Noémie Merlant, Adèle Haenel, Luàna Bajrami, Valeria Gorlino– recuerdan el séptimo puesto acordado al cine.
En diálogo con la prensa cuando la película se proyectó en el Festival de Cine de Cannes, Sciamma se refirió a la coreografía del guion. Con ese dato en mente, cobra otra relevancia la gestualidad de Merlant y Haenel, incluso la respiración encorsetada de sus Marianne y Héloïse.
Retrato de una joven en llamas despliega una mirada feminista más allá de la relación lésbica entre las protagonistas. La libertad de elección que reclaman retratada y retratista también atañe a la criada encarnada por Bajrami.
Con su nuevo film, Sciamma se consolida como una cineasta sensible, inteligente, comprometida con su tiempo. Ojalá algún distribuidor local compre los derechos para estrenar Portrait… en las salas porteñas.