Amores patológicos.

- No tiene idea cómo la deseo cada vez que la veo. No tiene idea cómo mi boca se desborda de saliva, con tan sólo ver cómo sus partes se unen una con la otra. Cómo los colores que tiene impregnados brillan por sí solos. Cómo su forma tiene vida propia, sin siquiera pedirla. Cómo su quietud es acción a la vez, y jamás aburrimiento. Le puedo jurar que ella me hace creer que la perfección existe y que no sólo es un ideal. Me hace saber que detrás de ella, hay historia, hay amor, hay ideología, hay pasión... pero me hace saber que hay un hombre también, y a veces duele.

- Bueno, cálmese - dijo su psicólogo, enderezándose en su silla-. No se preocupe. Eso es normal, todos lo sufrimos...

- Es que, usted no entiende... Estoy enamorado de una pintura de Giorgio De Chirico.