Revista Bares y Restaurantes

Amorino, el encantador dueño y la silla suicida

Por Theblackcity @Theblackcity

Tarde soleada en Bilbao, salimos de una reunión de trabajo, con un hambre que parecía que no habíamos comido en tres semanas. I decía que no quería comer nada, T que prefería no comer nada, así que les conté la nueva apertura en Bilbao de Amorino: una cadena de heladerías italiana, en la cual, también sirven gofres entre otras delicias.
-"pues ahora que nos has dicho lo de los gofres, ¡tendremos que ir!"
Amorino está frente al museo Guggenheim, pleno centro cultural de la villa, muy cerquita del museo de Bellas Artes (para mi gusto, mejor que el primero). Al llegar allí casi nos volvemos locas con la cantidad de helados que tenían, con una pinta maravillosa, y que además los chicos que atienden los preparan con espero, cariño y forma de flor (ahí, a las tres nos conquistaron, qué simples somos a veces). Nosotras nos decantamos por tres gofres, claro, como teníamos mucho hambre (modo ironía ON). Dos de ellos con chocolate con leche y nata, el tercero con chocolate negro; tres botellines de agua, y las tres, sentaditas frente al Guggenheim, disfrutando del sol bilbaíno. Perfecto!
AMORINO HELADERIAwww.amorino.comC/Iparraguirre, 1. Bilbao 
Nos atendió un chico muy amable, sonriente, que no dudó en explicarnos que llevaban poco con la apertura, pero que estaban muy contentos con la acogida de los clientes. Le preguntamos por los gofres, y nos describió las alternativas: con chocolate, mermelada, nata, helado... Y llegado el momento de pedir, al emocionarnos las tres en hablar a la vez, no nos hicimos entender bien, así que el amable dueño (luego supimos que era uno de los dos socios) nos hizo repetir dos veces el pedido. Ningun problema, mientras nos sirvan lo deseado!Los gofres no son de los mejores que hemos comido, pero tanto la nata como los dos tipos de chocolates, estaban buenísimos, además de la presentación, la bandeja donde nos lo sirvieron, y el detalle del camarero de acercarnoslo a la mesa, a pesar de estar solo en el local. Y al irnos, pegué tal salto de la silla, con toda la mala suerte, que se volcó, haciendo un ruido horrible del metal contra el suelo. La silla suicida.
Tres gofres, tres botellines de agua de 50cl, por poco mas de 20€.
Amorino, el encantador dueño y la silla suicida.
Amorino, el encantador dueño y la silla suicida.


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