Amparo Muñoz murió el pasado domingo

Estos dos últimos días, lamentablemente, he tenido que hacerme eco en nombre de los que componemos Tierra de Cinéfagos, de la desaparición de dos actrices (Annie Girardot y Jane Russell) que, por méritos propios de cada una, tenían y seguirán teniendo, un lugar en la historia del cine.

No quería, por eso, omitir la muerte de Amparo Muñoz, que aunque falleció el domingo de la semana pasada, también tuvo su lugar, al menos, en la historia reciente del cine español.

Después de conseguir en 1973 el título de Miss España, y un polémico Miss Universo, al que renunció voluntariamente, las puertas de nuestro cine se abrieron para aquella belleza casi perfecta que en 1968, a los 14 años, ya había participado en el episodio televisivo “El inocente”, del espacio “Hora once”.

Con tan sólo 19 años, pues había nacido en 1954, Amparo Muñoz fue introducida en nuestra industria cinematográfica, coincidiendo con la bajada de guardia de una censura recalcitrante que nos había agobiado durante años. La llamada “apertura” estaba comenzando, y con ella la larga etapa del “destape”. En este “nuevo mundo” comenzó su carrera de actriz.

Veteranos directores y noveles que apuntaban importancia en el futuro, apuntados al carro de ese “destape”, pues era baza segura para competir con el cine extranjero y atraer a los espectadores a las salas, utilizaron a Amparo, y a otras muchas, como reclamo, pues sus nombres en la cartelera, aseguraban una buena ración de desnudos.

Participó desde ese 1973 en numerosas películas que los cinéfilos más jóvenes que no tuvieron entonces acceso a ellas, rechazarán verlas ya tan sólo por sus títulos. “Vida conyugal sana” (1974), “Sensualidad” (1975), “La otra alcoba” (1976), “Mírame con ojos pornográficos” (1980), “Trágala, perro” (1981), “Sexo vs sexo” (1983)… En ellas nunca pudo demostrar si era o no una buena actriz.

Se atisbó lo que talvez podía haber sido de no haber coincidido con aquella época y tener un físico despampanante, en trabajos que realizó para un cine más serio, como en “Mamá cumple cien años” (1979), de Carlos Saura, “Dedicatoria” (1980), de Jaime Chavarri, o “Hablamos esta noche” (1982), de Pilar Miró.

En 1987 fue detenida y puesta después en libertad por presunta posesión de heroína, y tres años más tarde en un periódico nacional se dio por sentado que la actriz se encontraba al borde de la muerte al haber entrado en fase terminal. Esto fue desmentido por ella misma, presentándose en el sensacionalista programa televisivo dirigido por Julián Lago, “La máquina de la verdad”.

Muy pocos trabajos realizó ya para el cine desde aquellos años, pero se pudo ver en 1996 en “Licántropo: el asesino de la luna llena”, junto al también desparecido Paul Naschy, o en “Familia”, también de 1996, dirigida por Fernando León de Aranoa. Su último aparición data del año 2000, en la película “Un paraíso bajo las estrellas”, en donde interpretaba un pequeño papel. En 2006 apareció en una producción de la televisión catalana, titulada “El cas de la núvia dividida”.  Ese fue su último trabajo.

En 2005 había publicado un libro de memorias, al que tituló “La vida es el precio”.

Contaba 56 años en el momento de su muerte, y su fallecimiento se produjo tras una larga enfermedad, como declaró su familia en un comunicado.

D.E.P.

-