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Dijeron que un poema
debería ser menos personal;
que eso de hablar de tú o de yo
es cosa de mujeres.
Que no es serio.
Por suerte o por desgracia
todavía hago lo que quiero.
Quizá algún día utilice otros métodos
y hable in abstracto.
Ahora sólo sé que si se dice algo
debe ser sobre tema conocido.
Yo solo soy sincera -y ya es bastante-
hablando de mis propias miserias y alegrías
puedo contar que me gustan las fresas,
por ejemplo,
y que algunas personas
me caen mal por hipócritas, por crueles
o simplemente porque son estúpidas.
Que no pedí vivir
y que morir no es algo que me atraiga
excepto cuando me hallo deprimida.
Que estoy hecha
sobre tod
de palabras.
Que para poder manifestarme
uso tinta y papel a mi manera.
No puedo remediarlo.
Por más que trate
no escribiré un ensayo
sobre la teoría de los conjuntos.
Tal vez más adelante
encuentre otras formas de expresarme.
Pero eso no me importa ahora;
hoy vivo aquí y en este momento
y yo soy yo
y como tal actúo.
Por lo demás, lamento no complacer a todos.
Creo que ya es bastante mirar hacia mí misma
y tratar de aceptarme
con huesos con músculos
con deseos con penas.
Y asomarme a la puerta y ver pasar el mundo
y decir buenos días. Aquí estoy yo.
Aunque no les guste.
Punto.
Ana María Rodas.
A esta poeta la leí por primera vez en el blog de poesía Emma Gunst. Te dejo con el enlace a él, donde podrás, si quieres, leer más poemas de esta poeta: Ana María Rodas, 3 poemas 3