Análisis: Homefront: The Revolution

El pasado 20 de mayo se lanzó Homefront: The Revolution en la actual generación de consolas, la secuela del título lanzado hace cinco años, uno de los títulos que pegó el bombazo en la ya extinta THQ y cuyas licencias corrieron de acá para allá, siendo esta IP la que fue a caer en las manos de Deep Silver, y que actualmente después de varios cambios en el estudio de desarrollo debido al cierre del estudio de Crytek Nottingham, han sido los chicos de Dambuster Studios los que se han encargado de la tarea de desarrollar esta secuela. Para todos aquellos que no hayan tenido la oportunidad de jugar a la primera entrega os ponemos en situación. Esta primera entrega tuvo lugar en una américa futura que vive su particular amanecer rojo, ya que está invadida por la fuerza de Corea del Norte, un título que combinaba el combate de guerra de guerrillas con un juego del tipo shooter cooperativo muy curioso y muy en resurgimiento por aquella época.

A Homefront: The Revolution le ha tocado coger el testigo de una saga que ha venido a menos, y que desafortunadamente ha pagado la muerte de su creadora, y que tampoco es que haya tenido suerte corriendo de un estudio de desarrollo a otro, pasando por grandes casas como la afamada Crytek, de la cual conservó el motor gráfico en el que se basa, ya que el título corre con CryEngine. A continuación desde LivingPS os vamos a ofrecer nuestra particular vista e impresiones sobre el título, y pondremos a prueba las tanto las especificaciones técnicas como también mostraremos nuestras conclusiones después de jugar al título en nuestro análisis.

Comienza…¿la revolución?

Respecto al modo campaña, de lo más destacable de Homefront: The Revolution, después de hacer un breve recorrido por la historia del primer título, nos encontramos en la América del año 2028, la excesiva dependencia de los Estados Unidos de la tecnología moderna de Corea del Norte se ha vuelto contra ellos mismos, ya que el ejército asiático ha deshabilitado la infraestructura tecnológica por completo y procede a ocupar y asolar el país. Dado que los norcoreanos (o Norcos como los llama la Resistencia) poseen una tecnología y potencia de fuego mucho mayor, las fuerzas estadounidenses se ven obligadas a retroceder y a vivir de los saqueos y a utilizar tácticas de guerrilla para lograr recuperar la ventaja que tenían sobre sus atacantes.

Aquí es donde entramos nosotros, que encarnamos al protagonista Ethan Brady, que justo llega a la región de Philadelphia enteramente ocupada y se dispone a retomar él sólo la ciudad. Al igual que muchos de los protagonistas de sagas parecidas, Brady no tiene ni voz ni rostro a lo largo de toda la historia, lo cual despersonaliza este modo y no nos permite crear lazos de unión con el personaje, eso sí, ganaremos relevancia a medida que completemos misiones y retos y los personajes no jugables nos alabarán por nuestras acciones, y cada pequeño paso nos pondrá más cerca de retomar nuestro dominio ante la Revolución que estamos planteando. Algo muy positivo a destacar es que prácticamente en toda la historia nos encontraremos en un estilo de sandox semiabierto, con zonas que tendremos y deberemos explorar a fin de acabar con todas las fortalezas enemigas y descubrir más y más secretos a lo largo de la historia.

Aquí llega la parte negativa, es que la dinámica de misiones resulta extremadamente familiar en comparación a otros títulos, una jugabilidad muy buena, frenética y con unas buenas bases asentadas, pero con una aplicación final que bien nos deja con un medio sabor de boca poco agradable, que perfectamente habría merecido la pena que el juego se hubiera pospuesto unos cuantos meses para ofrecer algo que llene un poco más, ya que no tardaremos en darnos cuenta de la repetitividad de las misiones: ve a este lugar y ocúpalo, termina con este tío malo, recupera estos suministros, deshabilita tecnología enemiga… Aunque es algo que los grandes completistas no van a desdeñar, pero que después de unas cuantas misiones se llega a hacer tedioso.

Tras la línea enemiga

Respecto al apartado jugable, aunque ya os hemos adelantado algo algunas líneas más arriba, aunque CryEngine ofrece un buen abanico de posibilidades, Homefront: The Revolution ofrece una experiencia de shooter básica, un estilo de juego cíclico que al final se basa en usar una o dos armas durante todo momento, haciendo perder la gracia el conseguir más y más mejoras para nuestro protagonista y su revolución. Desafortunadamente los personajes que nos vamos a encontrar están tan llenos de clichés, que desde inicio de la historia vamos a saber quién será nuestro amigo más cercano y quién no va a ser tan trigo limpio que hasta llegue a traicionarnos. Otro de los errores que tenemos en el título es que al inicio estaremos sobrecargados de información, algo que si no conoces la saga o eres un novato con los juegos de disparos vas a llevar como materia pendiente en el juego ya que desde los inicios se nos tratará como un experto jugador, algo que si no estás muy familiarizado se sumará a la confusión inicial.

La única parte de la campaña en la que ha sido una experiencia realmente buena y satisfactoria ha sido en lo que se denomina en Homefront: The Revolution como Zonas Amarillas, en las que gracias a nuestras facultades de sigilo tendremos que realizar labores de subterfugio con el fin de completar el objetivo y reunir más personas para la causa gracias al sistema Corazones y Mentes. Sin embargo, el gran número de veces que tenemos que completar este tipo de misiones nos va a hacer darnos cuenta que la inteligencia artifical del enemigo deja mucho que desear, literalmente a veces se puede pasear uno delante del enemigo sin que este se de cuenta y saludarle y contarnos nuestras batallitas, y si por casualidad nos descubriera, con el mero hecho de doblar una esquina el enemigo ya se ha olvidado de nosotros y nos toma como una persona totalmente nueva, y todo esto en el lapso de unos pocos segundos.

¡Combatientes a las armas!

Además del modo historia de la campaña, Homefront: The Revolution también ofrece un modo de juego cooperativo llamado Resistencia. En esencia, este modo es en realidad lo más convincente de todo el título, ya que como siempre cuando uno juega con amigos la cosa cambia a una óptica mucho más positiva. Podremos crear nuestros propios personajes y personalizarlos al gusto, eligiendo género, la cara y hasta incluso nuestra ocupación fuera de nuestra posición en las armas, de hecho las profesiones que tenemos nos dan ventajas o habilidades pasivas únicas con respecto a otras profesiones. A medida que juguemos iremos ganando experiencia y dinero en efectivo para comprar habilidades y mejoras a través de cajas de suministros, donde podremos conseguir nuevas armas, buffs o ventajas temporales o simplemente artículos de personalización para nuestro personaje.

Eso sí, las seis misiones en cooperativo hasta cuatro jugadores en el modo Resistencia no contiene nada nuevo o diferente respecto a los objetivos que tendremos que cumplir en el modo historia. Estas misiones habrían ganado más puntos positivos si ofrecieran algún reto nuevo respecto a todo lo que jugamos en el modo un jugador, sobre todo cuando además tienes la oportunidad de jugar en equipo con tus amigos, ya que el gameplay hace muchas aguas debido a una mala ejecución de las ideas e incluso a veces parece demasiado forzado y poco suave en los movimientos, además con una curva de dificultad y aprendizaje mínima que desafortunadamente hará que perdamos el interés pronto, cosa poco satisfactoria si además tu y tus amigos sois unos verdaderos expertos en juegos cooperativos.

En cuanto al apartado técnico de Homefront – The Revolution, en realidad el juego luce francamente bien, sobre todo si echamos la vista atrás y vemos otros títulos similares y a todo esto se le suma el paso de estudio a estudio. En todas las sesiones de juego no se ha notado ningún tipo de altibajo den la tasa de fotogramas, ni ralenticaciones, ni tampoco unas pantallas de carga al entrar al juego extremadamente largas. A la hora de abrir los oídos, el apartado sonoro del título es más que aceptable, unas armas bien logradas e incluso algunos diálogos bien logrados, con un buen doblaje además, algo que agradecer ya que muchos buenos títulos siquiera se molestan siquiera en hacer una buena traducción de textos, Homefront: The Revolution nos trae una experiencia doblada al castellano. Eso sí, la eliminación de un modo multijugador competitivo al uso ha sido un error grave que se suma además a la corta experiencia que ofrece el modo un jugador y cooperativo, algo que habría quedado muy bien gracias a las nuevas características que hemos estado viendo en otros títulos de disparos.

Conclusiones

Aunque la historia de Homefront: The Revolution es algo sosa y ofrece algo muy poco diferente a otro tipo de shooters, la experiencia global es satisfactoria jugando al título de Dambuster Studios y los fans de los juegos de disparos van a encontrar algo relativamente nuevo, aunque en esencia no termina de ofrecer una experiencia de relevancia. Un gameplay completo, aunque sin ofrecer nada nuevo, da la impresión de que se podría haber conseguido algo más, incluso viendo el currículum del motor gráfico y otras grandes experiencias que se han creado gracias a ello. Desafortunadamente, lo que podría haber sido una buena secuela se queda en algo normalito que no ofrece nada diferente respecto a otros, aunque la historia de fondo si que es para sacar buen jugo de ella. A pesar de lo bien lograda que está la ambientación del título ofreciendo una potencia mundial actual totalmente sitiada, no es capaz de aportar una buena variedad de momentos de recuperación gracias al sistema Corazones y Mentes, pero sí que nos va a ofrecer una buena cantidad de horas de juego. Un cooperativo muy bueno, aunque pobre en cantidad, que más bien parece una experiencia metida a presión para integrarlo en el mapa del juego. El hecho de no tener multijugador competitivo hace que los fans de este tipo de juegos quizá se lo piensen dos veces antes de adquirirlo.

El pasado 20 de mayo se lanzó Homefront: The Revolution en la actual generación de consolas, la secuela del título lanzado hace cinco años, uno de los títulos que pegó el bombazo en la ya extinta THQ y cuyas licencias corrieron de acá para allá, siendo esta IP la que fue a caer en las manos de Deep Silver, y que actualmente después de varios cambios en el estudio de desarrollo debido al cierre del estudio de Crytek Nottingham, han sido los chicos de Dambuster Studios los que se han encargado de la tarea de desarrollar esta secuela. Para todos aquellos… Análisis: Homefront: The Revolution Análisis: Homefront: The Revolution 2016-06-03 Jesús "AbAdDeJoTa" Abad Madrazo

Gráficos - 75%

Jugabilidad - 65%

Sonido - 60%

67

67%

La historia de Homefront: The Revolution es algo sosa y ofrece algo muy poco diferente a otro tipo de shooters, la experiencia global es satisfactoria jugando al título de Dambuster Studios y los fans de los juegos de disparos van a encontrar algo relativamente nuevo, aunque en esencia no termina de ofrecer una experiencia de relevancia. Un gameplay completo, aunque sin ofrecer nada nuevo, da la impresión de que se podría haber conseguido algo más, incluso viendo el currículum del motor gráfico y otras grandes experiencias que se han creado gracias a ello. Desafortunadamente, lo que podría haber sido una buena secuela se queda en algo normalito que no ofrece nada diferente respecto a otros, aunque la historia de fondo si que es para sacar buen jugo de ella. A pesar de lo bien lograda que está la ambientación del título ofreciendo una potencia mundial actual totalmente sitiada, no es capaz de aportar una buena variedad de momentos de recuperación gracias al sistema Corazones y Mentes, pero sí que nos va a ofrecer una buena cantidad de horas de juego. Un cooperativo muy bueno, aunque pobre en cantidad, que más bien parece una experiencia metida a presión para integrarlo en el mapa del juego. El hecho de no tener multijugador competitivo hace que los fans de este tipo de juegos quizá se lo piensen dos veces antes de adquirirlo.

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