Características:Grosor suela: 10 milímetrosDrop: 0 milímetrosPeso: 211 gramosAdquirida el: 6 de Diciembre de 2014
Valoración personal tras 324 kilómetros y estado de las zapatillas:
Mi regalo de cumpleaños en 2013 fueron las Vibram Fivefingers Bikila LS, y en 2014 y continuando con mi paso progresivo al mundo del minimalismo, las Luna Sandals Oso.
Si los comienzos con las Fivefingers fueron lentos y difíciles (fase de adaptación amplia dividida en dos fases, asimilación del calzado por parte de los pies, aprendizaje de la técnica...), la experiencia con las Oso fue aun más dura.
Inicialmente solo las usé por casa, buscando el ajuste ideal, sin mucho tino, y llegué a pensar en cambiarlas ya que no terminaba de encontrar el ajuste y, o los dedos se me deslizaban por fuera de la zapatilla, o el ajuste de las cintas era tal que me provocaba rozaduras.
Debido a un absceso de grasa que me salió en el dedo gordo justo después de mi cumpleaños (al menos pude "correr" la Maratón de Málaga), hasta después de reyes no pude trotar con ellas por vez primera, teniendo que parar varias veces en carrera y posteriormente volverme andando ya que o el pie se me movía o las cintas me cortaban la circulación.
Me hice a las zapatillas a base de largas caminatas, probando el ajuste y reajustándolas durante la marcha hasta que encontraba la posición ideal, y entonces sí pude disfrutar corriendo con ellas.
Una vez dominé el ajuste introduje las cintas "ATS" (All Terrain Strapping", de sencillísimo uso y gran utilidad para las tiradas por montaña, pero que debía reajustar (rápida y cómodamente) después de los pasos técnicos para asegurar la zapatilla.
La temporada iba avanzando, me sentía cada vez más cómodo con las Oso y llegué a plantearme realizar con estas zapatillas la Ultra Trail Tabernas Desert, pero precisamente en el simulacro de carrera tuve un percance que me hizo cambiar de idea...
Uña rota y dedo machacado por piedra
En una zona de descenso, no demasiado técnica, tras cubrir 18 kilómetros en poco más de 2 horas tuve un tropiezo y le pegué una patada a una piedra; de haber ido con zapatillas, probablemente, la uña me la hubiese roto igual, pero como con los huaraches el pie va descubierto tuvimos que acabar la sesión por asfalto para que no me entrase polvo y suciedad en la herida.Aun así y pese a no ser una experiencia muy positiva, me sirvió para, una vez recuperado (al final corrí en Tabernas con las Merrel Trail Glove 3), volver a correr con ellas, de forma cada vez más frecuente y centrándome más en la técnica.
De hecho, desde que hace un mes llegase el verano a la costa del sol (salvo algún día ventoso o fresco), son prácticamente mi único calzado, que comenzaré a simultanear con otros huaraches en breve.
He vuelto a usar las Oso en montaña, pero el "fantasma" de la uña que me rompí me acecha en los tramos técnicos, lo que me hace ir con excesiva precaución, aunque en carriles y senderos llanos o con poco desnivel alcanzo sin problema alguno los mismos ritmos que con las Merrel, o calzado amortiguado.
Recorriendo Sierra Blanca con las Luna Sandals Oso, sin incidentes
La experiencia me ha demostrado que las "pegas" que muchos corredores ponen sobre este tipo de calzado en montaña, salvo que tengas un tropiezo, de lo que no te libra ningún calzado, son infundadas, ya que he recorrido decenas de senderos por las sierras malagueñas, y aparte de la uña, no he tenido ningún problema.
Pese a estar pensadas para la montaña, me va fenomenal con las Oso en asfalto también, aunque aun no me he decidido a competir con ellas; este verano seguro que alguna prueba cae.
211 gramos, lo más ligero que he calzado tras las VFF Bikila LS
No obstante, hay un terreno en el que las Oso sí que me han "fallado", al correr por la orilla de la playa; la arena en sí no es problema, aunque en mi zona suele estar muy batida, pero ni la arena ni las molestas conchitas, que algunas veces se quedan entre la suela y el pie me resultan tan molestas como las olas.
Lo mismo me sucede en rutas donde hay que atravesar arroyos, o en asfalto los días lluviosos o zonas mojadas, ya que, aunque es un alivio y una sensación increíble meter los pies en agua fría en pleno entrenamiento, el ajuste cede muchísimo, lo que me suele obligar a hacer paradas en esos momentos.
Antes de cada sesión le dedico unos minutos antes de salir de casa a conseguir un ajuste óptimo, en el que las cintas están en un punto en el que agarran y mantienen el pie en su sitio, independientemente de la dirección en que lo mueva, y la fuerza no es tan excesiva como para cortarme la circulación o causarme rozaduras; las cintas llevan la tensión ideal.
El problema es que al mojarse, las cintas ceden, por lo que tengo que parar y volver a ajustarlas, y a veces, en plena sesión, no tengo la paciencia que debería y me las ajusto con fuerza de más con tal de poder retomar la marcha cuanto antes, causándome heridas abrasivas en el último tramo del entrenamiento, muy molestas debido al escozor con el roce.
Rozadura entre pulgar e índice provocada por un ajuste ineficaz
Pienso que esto podría solucionarse con cintas de material impermeable, aunque esto quizá provoque una sudoración excesiva en las zonas de contacto con la piel; todo sería estudiarlo.Tras algo más de 300 kilómetros he llegado a la conclusión de que la suela, alma del huarache, es inmortal en este modelo, ya que aunque los elementos que la rodean puedan estropearse, la suela sigue casi como el primer día.
9 kilómetros recorridos
66,6 kilómetros recorridos |
324 kilómetros recorridos
Si hay desgaste no es apreciable aun para el ojo humano...
Algunos de sus elementos si acusan un ligero deterioro tras este periodo de tiempo, como la separación de la suela y la entre suela en uno de los huaraches (el otro está impecable), y las cintas, que han comenzado a deshilacharse ligeramente en ambos huaraches.
Un par de grietas en uno de los huaraches
Las tiras, algo deshilachadas
He comentado estos problemas con otros corredores minimalistas que también usan las Oso con asiduidad y ambos han pasado por lo mismo, pero en el caso de la separación de las capas de la suela, una aplicación de silicona en un caso y pegamento de contacto en otro han resuelto el problema.
En cuanto al desgaste de las tiras, a un compañero le siguen yendo fenomenal, aunque se vean deshilachadas, mientras que otro las ha sustituido por unas nuevas, ¡y a seguir corriendo!
No las he usado aun para competir.
Pasemos a una valoración más específica:Precio: Rondan 110 euros con los gastos de envío incluidos en la web de luna sandals spain, barato no es, pero visto que la suela está como está (nueva, tras varios meses de uso), estoy seguro de que este es un calzado que se acaba amortizando con creces.
Agarre en montaña: En subida excelente, incluso con piedras sueltas y tierra seca (se podrá desprender al pisar, pero los pies suben seguros); en bajadas muy técnicas no puedo correr con comodidad, pero lo achaco a un ajuste inadecuado, ya que me hace daño el final de la tira que pasa entre los dedos pulgar e índice, seguiré probando combinaciones.Agarre asfalto: Perfecto, incluso sobre asfalto mojado; sobre superficies lisas puede derrapar un poco yendo sobre mojado a ritmos altos, pero como todo.
Agarre en mojado: El agarre de las Oso en sí va genial en mojado, pero sobre barro una gran cantidad se adhiere a la suela, lastrando las mismas, y si al pisar sobre mojado salpica o el agua moja la suela, echará al traste el ajuste hasta ese momento, ya que las tiras cederán.
Desgaste: Tras más de 300 kilómetros de uso, en las suelas es imperceptible, tiene sus puntos débiles, como he señalado anteriormente, pero la integridad del conjunto no peligra de momento (y espero que tarde en hacerlo). Impermeabilidad: Secan con gran rapidez, pero otro de sus puntos débiles es que, estando mojadas, el pie se desliza con facilidad dentro del huarache, forzando las tiras al cambiar de dirección o ritmo (a uno más alto), lo que hace incómodo su uso durante unos minutos, hasta que se seca.Transpirabilidad: Sin comentarios, el único lugar por donde podría sudar el pie es por la planta, pero no es el caso en las Oso.Flexibilidad: La relación flexibilidad-rigidez es prácticamente perfecta, se amolda lo necesario al movimiento del pie, pero se mantiene lo suficientemente firme como para que piedras, rocas, raíces y otros elementos no produzcan daño alguno al correr sobre ellos.
Protección: Realmente buena, salvo algunas piedras afiladas de gran tamaño sobre las que aterricé sin esperármelo (fue doloroso en el momento, pero sin secuelas de ningún tipo), no he sentido daño alguno corriendo sobre ninguna superficie.
Amortiguación: Toda la que el pie necesita, la suela protege, la mediasuela amortigua lo justo y necesario y el pie hace el resto; para eso fue diseñado.Valoración personal: 8/10
La recomiendo para: Pienso que es un calzado ideal para realizar la transición al minimalismo, ya que protege mucho más que las mono o las venado, de la misma marca, y por su fisionomía puede usarse tanto en carretera como en montaña, por lo que, además de a corredores minimalistas en general, se la recomiendo a aquellos interesados en transicionar hasta esta técnica de carrera (si volviese atrás, personalmente las elegiría).
No la recomiendo para: Corredores acostumbrados al calzado amortiguado tradicional que busquen una zapatilla para entrenar o competir (como calzado casual siempre vienen bien, y en verano, para el día a día), o corredores de climas muy lluviosos, ya que en el modelo que estoy testando, el pie se resbala en mojado (en posteriores modelos, por lo que he leído, se ha solucionado esto).