Juegos indie hay muchos. Juegos de aspecto retro también hay muchos. Pero juegos indie que sepan captar la verdadera esencia de la jugabilidad de antaño hay muy pocos y VVVVVV es uno de los que mejor lo hace.
Y es que VVVVVV se basa en tres elementos que se entrelazan a la perfección y crean un todo que es puro amor: gráficos, música y jugabilidad.
La historia no puede ser más simple: la nave del capitán Viridian se ve afectada por una interferencia dimensional y se ve obligado a dar la orden de evacuación a la tripulación. Algo va mal al teletransportarse en la huida y Viridian y su tripulación acaban dispersados por la dimensión VVVVVV1.
El capitán tendrá que rescatar a la tripulación y averiguar qué está pasando a lo largo de ocho fases que podremos realizar en el orden que queramos y en las que se encuentran los tripulantes perdidos y varios monitores de los que podremos sacar información.
Forever alone...
Y bajo esa premisa, que bien podría provenir de la parte de atrás de un casete comprado en un kiosko, empieza uno de los juegos que más he disfrutado últimamente. Y no es cuestión de que un servidor sea amante de lo añejo y le pierdan los juegos de casposa jugabilidad, porque conozco otros jugadores que no encajan en esa categoría y han disfrutado enormemente con el juego. ¿A qué se debe, pues, su calidad?
Es porque entre las muchas virtudes de VVVVVV destaca una: la jugabilidad.
Dejemos de lado los gráficos clónicos de Commodore 64, con sus pantallas sin scroll monocolor. Apartemos la impresionante música chiptune compuesta por Souleye2. Rechacemos la nostalgia que cualquiera que haya vivido los 8 bit siente al ver el título.
Porque una vez apartadas todas las capas previas, lo que queda en VVVVVV es pura y simple jugabilidad. Pero una jugabilidad que huye de artificios y adornos basados en aturdir al jugador a base de complicados controles y opciones por doquier. En VVVVVV sólo tenemos TRES botones: izquierda, derecha y cambiar la orientación. Y con tres miserables botones debemos superar docenas y docenas de pantallas a cada cual más difícil, basándonos en la premisa de la gravedad.
Old school del bueno
El capitán Viridian es un ser bidimensional atrapado en una dimensión bizarra y asesina, y encima no puede correr, saltar ni coger cosas. Su única forma de avanzar es invirtiendo su gravedad. Así, si está en el suelo, invertirá la gravedad y pasaremos a caminar por el techo, y si ahí invertimos la gravedad, iremos otra vez por el suelo.
Simple, muy simple, y es la base de todos los puzzles que encontraremos en nuestro camino: en todas las pantallas debemos cruzar de un lado al otro, sorteando todo tipo de pinchos, plataformas que se caen, enemigos a cada uno más surrealista que el anterior, líneas que nos cambian la gravedad y un sin fin de peligros.
Y moriremos, vaya si moriremos. No es raro morir una docena de veces intentando superar la mayoría de pantallas. Afortunadamente, nuestro personaje cuenta con vidas infinitas, y al morir simplemente regresaremos al último de los checkpoints por el que hayamos pasado. Pero ojo, este sistema no tiene nada que ver con el “rollback” o vuelta atrás de juegos como Prince of Persia, y es porque podemos considerar cada pantalla como un puzzle y los checkpoints siempre están antes y después del mismo: deberemos ser capaces de pasar la pantalla completa y alcanzar el siguiente checkpoint, tarea muchas veces difícil, muy, muy difícil. Y es que VVVVVV pertenece a esta nueva ola de juegos ultradifíciles basados en la repetición de la misma pantalla imposible una y otra vez, afinando nuestras habilidades poco a poco, hasta que logramos pasar las pantallas con precisión quirúrgica. Como antes.
Amour, amouuuuuuur con pixelacooooos
¿No es suficiente? Pues también encontraremos repartidas por el mapa un total de veinte esferas de desquiciante adquisición. Hacernos con ellas supondrá el mayor de los desafíos, y es que algunas están ubicadas en lugares cuasi imposibles de alcanzar, a los que solo podremos acceder tras morir un centenar de veces. Y como ejemplo, en una ya nos avisan: “nadie la conseguirá nunca”.
No mienten.
Estas esferas, irrelevantes para completar el juego, suponen el mayor desafío del juego y son lo que separa al jugador pusilánime del hardcoreta con callos en las yemas de los dedos.
VVVVVV viene a unirse a juegos del género de Super Meat Boy o ‘Splosion Man, pero el carisma que le da su estética retro lo pone a un nivel distinto, porque VVVVVV no compite en la misma liga, sino que se bate en la de la nostalgia, la jugabilidad de antaño y el diseño pixel art más brutal. Es el alivio hecho juego en un mercado sobresaturado de juegos cada vez más sencillos y que parece que llevan al jugador, y no al revés: VVVVVV es una bofetada que pone al jugador en su sitio y le dice “vas a sudar para superarme, chaval”3.
Reto al que sea a coger la esfera imposible muriendo menos de 50 veces
Para acabar, diremos que si no te dan miedo los juegos difíciles, si añoras los 8 bits y si estás dispuesto a enfrentarte a uno de los juegos más adictivos que se han hecho últimamente, este juego es un claro:
Puntuación: Imprescindible