Más de 1.500 trabajadores y trabajadoras de la Fundación Vicente Ferrer (FVF) en la India han salido a la calle para pedir cambios y protestar contra la continua violencia que sufren las mujeres en este país. “Esta marcha se hace en silencio en memoria de la joven violada en Delhi”, ha anunciado Anna Ferrer, presidenta de la organización, al comienzo del acto. La marcha, a la que se han unido mujeres pertenecientes a los sanghams (asociaciones de mujeres) de la zona y otras personas de manera espontánea, ha llevado un silencio de indignación a la ciudad de Anantapur a lo largo de los cuatro kilómetros, los que separan las oficinas centrales de la FVF del centro de la ciudad.
Los transeúntes y vendedores de puestos ambulantes observaban perplejos el paso ordenado de las personas de la organización mientras se podían leer las pancartas y carteles en los que se demandaban cambios. “El cambio no puede ser inmediato, pero ahora, con lo sucedido en Delhi y las continuas protestas, tenemos una oportunidad para reflexionar”, ha apuntado Malareddy, miembro del patronato de la FVF en la India.
Numerosas marchas se han repetido en todo el distrito tras la brutal violación de “Amanat”, uno de los nombres que se le ha dado a la joven que falleció el pasado 29 de diciembre. En poco tiempo, las protestas se extendieron desde Delhi a todo el país, llegando incluso a las zonas rurales, donde este tipo de manifestaciones son muy poco frecuentes. De hecho, tan sólo hace dos años que las mujeres de Anantapur celebran el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La Fundación ya ha organizado marchas en otros 74 pueblos del distrito, en las que han participado más de 22.000 personas.
“Basta ya”
En 2011, más de 24.000 mujeres indias fueron violadas y denunciaron a sus agresores, un 9% más que el año anterior. Aunque sólo uno de cada cuatro casos acaba en condena. Muchas de estas violaciones ocurren en los pueblos y llegan a la prensa sin gran repercusión. El mismo mes de diciembre del año pasado se encontró en una aldea de Bihar, en el norte del país, el cuerpo sin vida de una niña dálit (intocable) de ocho años que había sido violada. Estos casos no son excepcionales, ya que el 30% de las víctimas son menores de edad.
“Hemos venido hasta aquí para decir “basta ya”, ha declarado Anna Ferrer a la prensa local a su llegada a Tower Clock en la ciudad de Anantapur. En ese momento, la hilera de manifestantes ha rodeado la torre del reloj cortando el tráfico, encendiendo cientos de velas y gritando al unísono que “el cambio debe venir de nosotros mismos, detener la violencia contra las mujeres es responsabilidad de todos y todas”. En este sentido, Anna Ferrer ha instado a los miembros del Gobierno, a la policía y a los legisladores a tomar partido en esta lucha por los derechos de las mujeres. Según la presidenta de la Fundación, el cambio que se demanda en una sociedad tan marcadamente patriarcal es un proceso lento en el que es fundamental que se involucren todas las personas, hombres y mujeres, desde los órganos de dirección del país hasta las propias familias.