Si hay una novela que merece se leída esa es, sin duda alguna, "Diez Negritos" ( Ten Little Niggers, 1939). Calificada como una de las mejores en su género y la más vendida de la historia con cien millones de copias hasta la fecha ha sido adaptada en numerosas ocasiones al cine, al teatro e incluso a la radio; pero la última transformación tuvo lugar el pasado 26 de Diciembre de 2015 cuando la cadena BBC One estrenó la mini serie de tres capítulos "And then There Were None" con motivo del 125 aniversario del nacimiento de su sin par autora Agatha Christie.
La trama gira en torno a diez desconocidos sin relación aparente entre si, que reciben una misteriosa invitación para pasar unos días en Soldier Island (inspirada en la Isla Burgh), un pequeño islote localizado en la costa de Devon totalmente aislado y cuya única edificación es una lujosa mansión perteneciente al matrimonio Owen, anfitriones de los protagonistas que, curiosamente, insisten en no hacer acto de presencia y ninguno de los huéspedes conoce. La historia se complica cuando, tras escucharse una grabación en la que todos son acusados de haber cometido crímenes horribles en su pasado, los habitantes de la casa comienzan a ser asesinados uno a uno de forma muy similar a la que aparece en las estrofas de un poema infantil que se encuentra enmarcado en las estancias del lugar.
Los motivos para disfrutar de esta serie alabada por público y crítica (8,2 sobre 10 en IMDb) son más que suficientes. Por un lado se trata de una de las adaptaciones más fieles a la novela, mantiene inalterada la singular esencia de Christie al conservar su final original, contando además con el misterio que envuelve a unos personajes perfectamente conformados y situados en el marco de una escenografía magnífica; por otro, hay que mencionar que la atmósfera conseguida, en ocasiones claustrofóbica y asfixiante, logra trasladarte a la isla de inmediato, llegando a compadecer de alguna forma a los personajes, títeres en un juego que desconocen, víctimas de sus propias debilidades, atrapados en una especie de purgatorio previo a su inevitable final. Todos estos son elementos altamente adictivos e imprescindibles en cualquier guión de misterio que se precie.
También hay que reseñar las impecables interpretaciones, llevadas a cabo por rostros muy conocidos tanto dentro como fuera de la pequeña pantalla tales como: Charles Dance ( Juego de Tronos), Aidan Turner ( Poldark, El Hobbit), Sam Neill (Los Tudor), Miranda Richardson (Las Horas), Maeve Dermody (Bikie Wars: Brothers In Arms), Toby Sthepen ( Black Sails), Douglas Booth (Great Expectations), Noah Taylor (Powers), Burn Gorman (La Cumbre Escarlata) y Anna Maxwell Martin (The Frankenstein Chronicles).
Pero lo más atractivo de la cinta es que, poco a poco y sin apenas darte cuenta, comienzas a sacar conclusiones, ejerciendo de detective más que de mero espectador, con las únicas pistas que proporcionan algunos oportunos flashbacks y la propia actitud de los protagonistas, a veces errática, en ocasiones fría y extrañamente calmada dadas las circunstancias, pero nada hace presagiar el sorprendente final. Todos ellos tienen algo que esconder, todos son culpables de alguna transgresión imperdonable y son merecedores del destino que les aguarda, porque aquí no hay victimas sólo verdugos.