El otro día, el sábado pasado, tuvimos en el Partido Socialista jornada de Congresos Provinciales en Andalucía. Allí los todos los delegados, aunque de diferentes tendencias y opiniones, fuimos con el objetivo puesto en la unidad del partido ante el reto de la nueva dirección regional que se acordará este fin de semana en Sevilla en el Congreso Regional Extraordinario. Tuve la ocasión además de "desvirtualizar" a algunos compañeros blogueros, en la foto con Alfonso Saborido y Mercè Perelló. Fue una jornada muy tranquila en lo político, aunque borrascosa y lluviosa en lo meteorológico (suele ser al contrario). Pude saludar a muchos compañeros de Cádiz y la provincia que hacía mucho tiempo no veía, especialmente desde mi vocación de hacerme más "crítico" en esto de mis tareas de partido. Quizás se confundían en el ambiente, la esperanza por el cambio, con las expectativas de que pueda cristalizar la renovación que del PSOE de Andalucía pueda hacer el compañero José Antonio Griñán. No había reflexionado sobre el tema, pero creo que hay poco que decir más allá del deseo de renovar una organización que ha liderado el cambio en Andalucía durante muchos años y que empieza a anquilosarse ante tantos retos como se nos han venido encima en los últimos años, especialmente la crisis económica y la apatía de la ciudadanía ante la continuidad manifiesta de una misma forma de hacer política durante décadas de gobierno socialista. Nos guste o no nos guste la alternativa en Andalucía solo puede venir desde la derecha más rancia que representa en estos momentos Javier Arenas, un líder que de lo único que puede presumir es de obtener el record Guinness de derrotas electorales y de ser la persona que en el Gobierno de Aznar se opuso al pago de la deuda histórica al pueblo andaluz. Por ello el PSOE de Andalucía, que es además un partido que ha tenido la fortaleza de añadir a su proyecto político un componente regionalista e identitario andaluz, tiene, si cabe, mayor responsabilidad en su renovación permanente de ideas y de personas. Sin olvidar el reconocimiento a los compañeros que estos años han llevado las riendas del partido y del Gobierno, la ciudadanía andaluza pide, y lo dicen las encuestas, una mayor transparencia en la gestión y en la organización del partido. A los que empiezan se les debe confianza y creo que muchos tenemos la obligación, yo al menos desde la izquierda, de dar mi apoyo a un proyecto necesario. El tiempo nos dirá si estas esperanzas se consolidan. Suerte a Pepe Griñán.