Tres días conociendo Andalucía (Granada, Córdoba y Sevilla) en esta maravilla que es el tren Al Andalus. Un viaje que puede reservarse para cuatro, cinco o seis días; sin embargo, he optado por hablar del trayecto más corto para que el viajero, usted, pueda volver a visitar la región con más tiempo y descubrir nuevos tesoros artísticos, gastronómicos, paisajísticos, humanos, etc., yendo más a “su aire”. Quizá, quién sabe, decida disfrutar de un nuevo viaje ampliado nuevamente en este magnífico, lujoso e histórico medio de transporte.
Reserve este viaje turístico, para no quedarse sin plazaGranada:
Algo maravilloso va a dar comienzo el próximo nueve de abril: partirá de la capital nazarí, cuyo último “rey” fue Boadbil el Chico (Muhámmad XII) derrotado por los Reyes Católico en enero de mil cuatrocientos noventa y dos, e incorporándose a la corona de Castilla como reino de Granada.
En su tiempo libre, puede degustar los famosos piononos (dulces típicos de la provincia, elaborados artesanalmente desde hace más de un siglo y consistentes en bizcocho emborrachado y crema tostada). Le aconsejo especialmente visitar La Galería de Arte Granada Capital donde podrá ver y adquirir obras firmadas por Picasso, Miró o de artistas vivos con magníficas obras de alta revalorización.
Fachada de La Galería de Arte Granada Capital
Como no podría ser de otra forma, el primer destino al que le conducirá el personal del Al Andalus en una visita guiada será La Alhambra (significa fortaleza roja): una pequeña ciudad palaciega obra culmen del arte andalusí que fue sede de la corte de los reyes nazaríes. Hay una frase popular que describe ampliamente lo que esta ciudad, de profunda tradición universitaria, guarda en sus rincones y parajes: “No hay pena más grande que ser ciego en Granada”. Por citar alguno de los lugares dignos de ser visitados puedo enumerar los siguientes: La Alcazaba, el Palacio de Comares, el Palacio de los leones, Los baños de Comares, el Palacio de Carlos V, el Generalife, la Catedral, el Albaicín, la Real Chancillería, el Monasterio de San Jerónimo, y otros muchos. Amén de todos estos lugares, a mí, y lo recomiendo con todo el fervor, lo que me cautiva son “las casas cuevas de Granada” de las que ya hablé en una entrada anterior: ubicadas en el barrio del Sacromonte y mirando a La Alhambra, dieron cobijo a musulmanes, cristianos, judíos y gitanos. En este entorno se guarda la esencia del arte y del cante granadino. Un paseo por la tarde-noche y una cena con espectáculo flamenco programada por el Al Andalus, le hará sentir emociones nunca vividas: el flamenco (declarado Patrimonio de la humanidad) es el cante propio del pueblo gitano y, junto a sus danzas, forman las universalmente conocidas zambras que aún continúan bailándose para los turistas, especialmente en la zona del Sacromonte, y que constituyen la joya del pueblo gitano granadino.No se pierda la belleza fascinante y profunda de las zambras flamencas
Y, por último, mencionar otros espacios que merecen muy mucho la atención de cualquier viajero amante del arte y de la cultura. Así, una visita al Palacio de los olvidados (ubicado en el barrio del Albayzin, dedicado a preservar la cultura judía a lo largo de varios siglos, celebración de conciertos, teatro, etc.), le proporcionará un grato recuerdo. Y es que Granada, toda ella, es Patrimonio de la Humanidad.