Nicolas Anelka, l'enfant terrible del fútbol francés. Un jugador con una grandísima clase pero con un carácter al mismo nivel. Netflix ha realizado un documental sobre la vida deportiva de uno de los delanteros franceses cuya irrupción en el panorama europeo fue de las más impresionantes de finales de los 90.
Se trata de una obra muy interesante donde se ve un Nicolas muy maduro, lejos de la imagen de joven irreductible que sin duda fue en su época de jugador. Afincado en Dubai, Anelka muestra su lado más personal con su mujer y tres hijos mientras la cinta va recorriendo su carrera futbolística así como sus orígenes en La Martinica.
Quien haya pasado hace tiempo los 30 años tendrá grandes recuerdos a través de la serie de ex-compañeros y técnicos que participan en el documental, Arsène Wenger, Emmanuel Petit, Didier Drogba, Robert Pirès o Thierry Henry.
Cuando llegué al Real Madrid me di verdaderamente cuenta de lo que era ser una estrella. Y lo detesté.
Nicolas Anelka
Vemos un Anelka que reconoce errores de juventud, cosas que no debió decir o hacer. Pero también alguien que muestra su versión de los acontecimientos vividos en su etapa de jugador, lo que como aficionados nos ayuda a conocer lo que muchas veces pasa por la cabeza de un futbolista de élite. Sus éxitos y sus decepciones, como fue el quedar fuera de la lista del Mundial de 1998, el no quedarse en el Liverpool cuando estaba a préstamo o su penalti fallado en la final de la Champions contra el United.
Y cómo no, su signo de identidad: su rebeldía y su fuerte carácter. Su salida del PSG con apenas 18 años rumbo al Arsenal luchando contra el sistema de fichajes establecido, su negativa a entrenarse con el Real Madrid por el acoso de la prensa y vacío de sus compañeros, y su polémico gesto de la quenelle por el que la Federación inglesa decidió sancionarle con 5 partidos de suspensión y una multa de 100.000 libras.
Nicolas Anelka tuvo problemas prácticamente con todos sus entrenadores, tanto en clubes como en la selección. Especialmente con Raymond Domenech, lo que desencadenó el famoso motín en el Mundial de 2010.
Sin duda se trata de un documental interesante de ver. Puede ser que estemos ante un lavado de cara del jugador. Eso es algo que queda a juicio del espectador.