Revista Salud y Bienestar
El miedo más frecuente de los pacientes que van a ser intervenidos quirúrgicamente bajo anestesia general es, según explican los expertos, el despertar tras la operación. Este temor está directamente relacionado con el desconocimiento que se tiene sobre la anestesia, a pesar del gran número de operaciones que se realizan cada año en España. Conscientes de ello, la Asociación Nacional de Informadores de Salud (ANIS) y MSD han organizado la sesión formativa para periodistas "Anestesia general: más que dormir, despertar".
Muchos pacientes no saben que el anestesiólogo, desde mucho antes de que comience la intervención, ya está trabajando para proporcionar el mayor bienestar y seguridad al paciente. Este profesional es una pieza fundamental en toda cirugía y además de dormir al paciente, controla en todo momento sus constantes, trata el dolor del paciente ya desde el quirófano y, para lograr un despertar rápido y seguro, se encarga de administrarle los fármacos responsables de revertir el efecto inmovilizador de los bloqueantes neuromusculares. Así, cuando el paciente despierta puede moverse y respirar por sí mismo.
"La anestesia general es un estado mediante el que llevamos al paciente a una situación de hipnosis, para que duerma; amnesia, para que no recuerde nada de la operación; analgesia, para aliviar el dolor, e inmovilidad gracias al bloqueo neuromuscular, para realizar la intervención con mayor facilidad pues, así, los músculos del paciente no oponen resistencia y se suprimen sus reflejos", explica el Dr. Francisco Martínez Torrente, anestesiólogo del Hospital Doce de Octubre, de Madrid. "Cuando el paciente llega al quirófano - continúa el doctor- lo hace despierto y lo primero que hacemos es premedicarle para evitar la ansiedad y nerviosismo. Después, una vez colocado en la mesa de operaciones, monitorizamos todas las constantes del paciente, canalizamos una vía intravenosa para suministrar la anestesia, así como aseguramos que respire de manera correcta, mediante ventilación mecánica y manteniendo la vía aérea permeable". Una vez que la intervención termina, será cuando el anestesiólogo también se encargue de despertar al paciente, pudiéndole administrar un fármaco reversor del bloqueo neuromuscular.
-Papel único del anestesiólogo
La labor única y vital que desarrolla el anestesiólogo a lo largo de toda la intervención suele pasar desapercibida en la mayoría de las operaciones. Tal y como explica el Dr. Martínez Torrente, "mientras el cirujano opera, el anestesiólogo se mantiene al lado del paciente y realiza una serie de labores que son, probablemente, hasta más importantes que la inducción de la propia anestesia: el control continuo de las constantes vitales del paciente, la adaptación de la medicación del paciente a medida que avanza la cirugía, así como la anticipación y tratamiento de las posibles complicaciones que puedan aparecer".
Y después de la operación, el anestesiólogo no sólo será el médico que durmió al paciente, si no el que garantizará que despierte. La mayoría de los pacientes creen que despiertan una vez que se pasan los efectos de la medicación. En parte, tienen razón, pero desconocen una parte vital de ese despertar. "Para recuperar al paciente del estado hipnótico, es decir, del sueño, esperamos a que pase el efecto de los fármacos. Sin embargo, el despertar no sería completo si no aseguráramos también que el bloqueo neuromuscular, es decir, la inmovilidad, se haya revertido totalmente antes de que el paciente recupere la consciencia", apunta el Dr. Martínez Torrente.
-Importancia de un despertar total, seguro y rápido
El objetivo de la reversión del bloqueo neuromuscular es que los pacientes, una vez despiertos, no sufran ningún rastro de parálisis y puedan mover adecuadamente todos sus músculos. Según el anestesiólogo del Hospital Doce de Octubre, "si la reversión del bloqueo neuromuscular no es completa, la persona podría notarlo y esto, a su vez, provocarle cierta angustia. Además, si la reversión no es completa puede obstruirse más fácilmente la vía aérea, puede haber menos oxígeno en sangre, descoordinación a la hora de tragar, aspiración del contenido gástrico, etc.", explica el Dr. Martínez que apunta que "cuando esto se produce en enfermos jóvenes, su propia fisiología y el esfuerzo adicional que realizan permite que este grado leve de parálisis pase desapercibido y sin consecuencias. Sin embargo, en pacientes mayores y que acumulen comorbilidades (obesidad, apnea del sueño, etc.), que el bloqueo neuromuscular no esté 100% revertido puede provocar algunas dificultades".
Para recuperar al paciente de la inmovilidad el anestesiólogo utiliza fármacos reversores del bloqueo neuromuscular. "Hasta hace un tiempo los medicamentos que utilizábamos no permitían recuperar al enfermo desde cualquier nivel de parálisis, si no que tenían que tener ya cierto grado de recuperación y, con ellos, tardábamos entre 7 y 15 minutos en revertir este efecto. Sin embargo, desde hace relativamente poco disponemos de un nuevo principio activo, sugammadex, que permite una recuperación más rápida, en cuestión de 2-3 minutos, sin efectos adversos significativos descritos y desde cualquier profundidad de bloqueo", señala el Dr. Martínez.
Poder asegurar desde el punto de vista del bloqueo neuromuscular que un enfermo está completamente recuperado aporta mucha seguridad. En primer lugar, en los grados sutiles de parálisis que podían ser difíciles de diagnosticar, que se vuelven menos problemáticos. Y, en segundo lugar, en el manejo de situaciones que requieren una reversión urgente de la inmovilidad. Según el Dr. Martínez, "contar con un fármaco que revierta de forma total y rápida el bloqueo neuromuscular en pacientes anestesiados nos da muchísimo margen de maniobra para, por ejemplo, actuar en casos en los que, después de anestesiado, no es posible intubar y ventilar al paciente para que respire. En este caso es fundamental "recuperar" al paciente cuanto antes para que el enfermo empiece a respirar espontáneamente".
En definitiva, los pacientes que vayan a ser anestesiados de forma general pueden estar tranquilos pues los avances como este principio activo mejoran el desarrollo actual de la anestesia general, que se caracteriza por su gran seguridad y la mínima concurrencia de complicaciones anestésicas.
**En la fotografía Francisco Cañizares( presidente de ANIS) y el doctor Francisco Martínez
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