Revista Arte

Ángela de la Cruz, como la vida misma

Por Camilayelarte @camilayelarte

Ángela de la Cruz, como la vida misma

Ángela de la Cruz, Deflated Yellow 2010, Foto: Lisson Gallery

La primera vez que Ángela de la Cruz rompió un cuadro fue en 1996 tras enterarse de la muerte de su padre. Como si de una prolongación de su cuerpo y de su alma se tratara, la pintura quedó quebrada para  siempre.

Ángela de la Cruz, como la vida misma

Ángela de la Cruz, Loose fit, 2004

A menudo cuando se habla de la obra de Ángela de la Cruz se debate sobre si se trata de pintura o escultura y de su capacidad para cuestionar las fronteras de lo uno y lo otro. Pero más allá de esto,  a mi me llama la atención el hecho de que sus obras consigan trascender la condición de cuerpo inanimado. 
No es que su pintura/objeto/cuerpo cuestione los límites del espacio pictórico, sino que de forma metafórica adopta caraterísticas antropomórficas: siente, sufre  y a veces sonríe sardónicamente,  la vida le pasa factura como si de un cuerpo animado se tratara.
Ironías del destino, la obra de esta artista gallega y su vida corren un extraño camino paralelo. En 2006 sufrió un derrame cerebral que la dejó postrada en una silla de ruedas, desde entonces lucha por animar su cuerpo inanimado pero vivísimo en ideas.

Ángela de la Cruz, como la vida misma

Ángela de la Cruz, Super Clutter XXL, 2008. Foto: Tate Britain


En sus lienzos medio descolgados o tirados por el suelo uno puede percibir ciertos ecos de las obras minimalistas, como los fieltros de Robert Morris. El uso del monócromo, en los inicios de su carrera más bien tirando a sucio-caca,  y actualmente de una brillantez kitsch casi sexual, no se corresponde con los conceptos esencialistas y trascendentales propios de la pintura monocromática. De hecho el gran valor de Ángela de la Cruz es haber logrado conciliar un lenguaje cercano a los postulados del minimalismo pero trasformando su sentido, puesto que sus obras no son autónomas ni autorreferenciales, su referencia es la vida real. 

Ángela de la Cruz, como la vida misma

Ángela de la Cruz, Clutter VI with white blanket, 2004


Sus objetos, ya sean deribados de la pintura o de los muebles que recicla y reinterpreta, se ven envueltos en situaciones, les pasan cosas, pesan mucho o pesan poco, se caen, se cansan, se rompen, son cuerpos que responden a las inclemencias de la vida. El humor y la ironía también son el eje vertebrador de su obra como podemos ver en Off Guard,  un bastidor desnudo con la tela arremangada a sus pies, que bien podría titularse "Pintura pillada en bragas" (lo siento pero no he encontrado la foto:(

Ángela de la Cruz, como la vida misma

Ángela de la Cruz, Clutter Wardrobe, 2005


Qué más da si son pintura, escultura, objetos o cuerpos, lo que realmente importa es que  las obras de Ángela de la Cruz están vivas y se mueven!

Ángela de la Cruz, como la vida misma

Ángela de la Cruz, Larger than life, 2004. Foto: Lisson Gallery


Créditos:
Anna Schhwartz Gallery
Galería Helga de Alvear
Lisson Gallery  
MARCO Vigo
Camden Arts Centre
Tate Modern

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