Verano, esa época en la que tristemente muchos animales son abandonados. En unos días me he encontrado con un par de casos y no he podido evitar escribir un post al respecto.
El sábado íbamos de paseo y nos encontramos un gato chiquitín cruzando la carretera, no pudimos evitar cogerlo, fuimos incapaces de “hacernos los tontos” y dejarlo ahí para ser atropellado poco tiempo después o para que muriera pues no le quedaban muchas fuerzas. Lamentablemente no pudimos traerlo a casa, pero sí ponerlo en manos de Jose Carlos, una de esas personas que viven por los animales y que tiene un gran don con ellos que está haciendo todo lo posible para sacarlo adelante. Han pasado varios días y Querida (como la bautizó Alvaro) parece otra. Es una pena no poder traerla a casa, le hemos cogido un cariño especial, pero los gatos me dan muchísima alergia y sería imposible tenerla aquí😦
Una vez que coja fuerzas del todo estará lista para que alguien la cuide y le dé mimos y amor en su casa, así que si alguien está interesado en adoptarla no dudéis en poneros en contacto conmigo, es muy buena, y va a ser una gatita preciosa.
Hoy, navegando en Instagram he visto una publicación de la bloguera Mirando desde tu altura en la que decía que había encontrado un cachorro de perrito abandonado en la carretera, de momento lo están cuidando pero no se lo pueden quedar, así que si alguien quiere acoger a ese precioso perrito poneros en contacto con ella, os dejó su Facebook aquí.
Mi hijo ha tenido (y tiene) la suerte de convivir con Barri, nuestro perrito, desde que nació, y creo que es una de las cosas más beneficiosas que se le pueden aportar a un niño: la convivencia con un animal, enseñarle a cuidarlos y a respetarlos, pues al fin y al cabo son uno más de la familia. Álvaro adora a los animales y a mí me encanta ver como se preocupa por ellos y como los cuida pues para nosotros, sus padres, son muy importantes.
Creo que todos sabemos lo que implica tener una mascota, cuidarla y estar pendiente de ella, si no se puede hacer es tan sencillo como no comprometerse a tener una. No es obligatorio, pero si decides tenerla tienes que hacerlo bien: cuidándola, mimándola, sacándola a pasear, alimentándola, llevándola a los controles veterinarios necesarios…En verano si no podéis llevarla de vacaciones es tan sencillo como buscar a alguien que la pueda cuidar, o llevarla a una guardería canina; desde luego la solución nunca es el abandono. Yo creo que no me lo podría perdonar nunca y no sé como hay gente que lo hace, y sobretodo que da ese ejemplo tan horrible a sus hijos.