Revista Cine

Animales Fantásticos: Los Crímenes de Grindelwald

Publicado el 25 noviembre 2018 por Aleucine @aleucine

Animales Fantásticos: Los Crímenes de Grindelwald

Animales Fantásticos: Los Crímenes de Grindelwald

Llegó uno de los momentos más esperados, un nuevo capítulo en el mundo mágico, una nueva oportunidad para que Rowling extienda su imaginación en un lienzo en blanco.

Esta nueva entrega de Animales Fantásticos no acaba de convencer, y es que Rowling ha intentado contentar a todos los tipos de fans, los melancólicos, los nuevos, los pro Depp, los góticos, los que esperan que la nueva saga de Animales Fantásticos fracase, y cuando intentas contentar a todo el mundo acabas por estrellarte, pariendo un guion que no se sostiene por ningún lado y dando lugar a sorpresas que más que ilusionar, provocan incredulidad.

Animales Fantásticos: Los Crímenes de Grindelwald

Dicho esto, Animales Fantásticos no aburre, es un terremoto de acontecimientos, un árbol genealógico de personajes que se desparrama y que deja muchas historias a medias y muchos secundarios son sacrificados por el bien de un guion que no puede acaparar tanto como pretende.

Por cierto, a David Yates hay que cortarle el presupuesto, que se lo gasta todo en efectos especiales completamente innecesarios, nunca pensé que sería capaz de decir esto, pero hay un exceso de magia (y no es algo positivo).

Animales Fantásticos: Los Crímenes de Grindelwald

Puede que la crítica esté quedando algo negativa, y no será por ganas de disfrutarla, es más, me sigue emocionando con cada guiño a la saga original, por ahí siempre me tendrán ganado. Pero creo que esta nueva saga no se está estructurando correctamente, todo pasa muy rápido, todo se supone que es muy cruel aunque es demasiado pronto para padecer por dicha crueldad, todo es demasiado oscuro sin haber visto la luz, por eso no empatizamos tanto como con el trío famoso, por que antes de encariñarnos ya estamos en una guerra mágica.

Animales Fantásticos: Los Crímenes de Grindelwald

Llegados a este punto, la película es una caída libre (esta vez sí en el buen sentido de la palabra), es casi adrenalítica, Rowling se ha dejado lo mejor para el final, abriendo más puertas (y eso que no ha sido capaz de cerrar las que ya tiene abiertas). Aunque acabas con la cabeza loca, con muchas preguntas y con la sensación de que solo es un buen final en una película normalita, para que vayas a ver la siguiente (no se cuánto les va a durar esta fórmula).

Segundo intento de Animales Fantásticos por ganarse un hueco en la memoria desaprovechado.

Animales Fantásticos: Los Crímenes de Grindelwald


Volver a la Portada de Logo Paperblog