Lo más destacable de esta enésima adaptación de la celebérrima obra de Tolstói es su peculiar puesta en escena, con escenarios situados dentro de un teatro y transiciones y cambios de decorados a la vista del espectador. Todo esto, conforme avanza la historia, se va diluyendo al igual que su ritmo narrativo, ya que tanta ostentación visual hace que los personajes y el propio reparto, queden en un segunda plano, y la originalidad del desarrollo de acontecimientos se convierte en un caos argumental que al final deja al espectador carente de información. Una reinvención formal de un clásico que acaba siendo fallida.
Mi puntuación: 4/10