Revista Cultura y Ocio

Años luz. James Salter

Por Mientrasleo @MientrasleoS

Años luz. James Salter
     "Surcamos el río negro, sus bancos lisos como piedras. Ni un barco, ni un bote, ni una mota de blanco. el viento ha roto, agrietado la superficie del agua. Es ancho, interminable este gran estuario. El río es salobre, azul por el frío. Discurre borroso por debajo de nosotros. Las aves marinas que lo sobrevuelan giran y desaparecen."
     Me fío de las recomendaciones. Me puede la curiosidad, saber qué tiene un libro que ha calado en una persona que conozco, quizá por eso me fío más de ese tipo de recomendaciones personales más que de las de "es buenísimo, no lo pude soltar". Y justo así llegué a esta historia, como algo privado, que conectaba con el lector. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Años luz.
     Conocemos a Nedra y a Viri, un matrimonio, durante toda su convivencia. Desde su juventud, su familia, sus ganas de vivir y sus rutinas que los van acomodando. Los acompañamos en ese recorrido que es la vida, con sus hijos, sus amigos, sus alegrías y sus penas y también su distancia, casi indiferencia.
     Un año luz para Salter es la distancia entre lo que fuimos y en lo que nos convertimos. La persona que fuimos y la que llegamos a ser, en este caso, en una convivencia. Es uno de esos libros que comienzan casi de repente, dejándote ver retazos de una vida que acaban resultando tan cercanos como si fueran recuerdos propios. Así entramos en la vida de este matrimonio, en sus sentimientos. Una mujer vital,  un hombre más relajado, más cómodo... que se quieren.
     La convivencia formada de pequeños detalles es lo que conforma una vida. Ese paseo, esas sonrisas de los hijos, un cine, un regalo rápidamente olvidado... Y así nos vamos acercando, nos va ganando terreno mientras seguimos conociéndolos; sus risas, sus infidelidades, la tensión... Dicho así no parece gran cosa. Pero no es así, porque la belleza está en sus formas, en sus frases y expresiones que fluyen empujándonos a seguir leyendo, dibujando esa imagen decadente del sueño de familia ideal de casa con jardín.
     Y Nedra, esa mujer que sobresale desde las primeras frases, en la que intuimos que hay más, un personaje mucho más vital que el de su marido. Los seguimos mientras sus vidas se desnudan dejando al descubierto lo que oculta esa vida aparentemente perfecta. Así vemos a esta pareja unida cuya pasión se apagó hace tiempo, su plácida convivencia en lento deterioro dibujado a golpe de descripciones realmente impresionantes. La felicidad y su búsqueda, acomodarse y descubrir que eso no es la felicidad, aunque cualquier observador hubiera apostado justo lo contrario... a simple vista. Tal vez por eso cuentan que Salter hizo de voyeur para escribir esta novela y se inspiró en una pareja de amigos suyos que, al verse desnudos en sus páginas, dejaron de serlo. Porque fue un poco más allá del a simple vista.
     Salter sobresale, consigue que una historia que parecía no tener nada para resaltar resulte ser una gran novela, y por eso también Años luz hay que leerlo en la intimidad, paladearlo. Porque, aunque pueda parecer que estamos ante una historia de amor, lo cierto es que cerramos el libro con la certeza de haber leído una historia sobre la vida (y me quedo con ganas de poner vida en mayúsculas, negrita y con luces de neón).
     Salter es uno de esos nombres que se van perfilando como clásicos modernos. Hay más, seguro...¿me podéis decir qué escritores actuales pensáis que seguirán sonando dentro de cincuenta años?
     Gracias

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