Recientemente hemos recibido una pregunta en nuestra sección de apoyo psicológico y hemos considerado que era tan interesante como para añadirla en esta parte del blog. En sí es una cuestión que muchas personas se acaban formulando, necesito ir al psicólogo? estoy tan mal? la ansiedad se irá tal cual como vino? La pregunta concreta que nos han formulado es la siguiente:“Sufro de angustias a cada momento, no puedo salir porque ya estoy nerviosa. No puedo comprar porque me da mis ataques de pánico. Ni puedo ir a la universidad, porque ya estoy nerviosa. Es necesario que lleve una terapia psicológica?”Ante esta pregunta se hace evidente la necesidad de establecer una línea que nos marque el hasta dónde tengo que aguantarme antes de acudir a una terapia psicológica, o simplemente cuándo acudir a una evaluación psicológica y que a partir de ahí me orienten. La dificultad principal en psicología es poder dar guías universales o generales para todo el mundo, ya que cada persona es completamente diferente y lo que para uno va bien, a otro incluso le puede llegar a disgustar. De la misma manera que tenemos muchas dificultades para medir los estados anímicos, ya que la mayoría de escalas son completamente subjetivas, cada persona es ella misma la que indica y expresa cómo se encuentra en ese momento. Pero pese a todas estas dificultades el psicólogo más allá del padecimiento que exprese la persona, ha de valorar dos principios básicos. El principio de autonomía y el principio de interferencia, ambos los detallaremos a continuación y son dos indicadores claros de si la persona debería acudir al psicólogo o si quizás no es necesario.
Principio de autonomía
Toda persona debe ser lo más autónoma posible, es decir ha de valerse por si mismo sin depender de los demás para realizar sus actividades diarias, desde las funciones básicas como alimentación, higiene personal, sueño, etc… hasta las actividades como acudir a su lugar de trabajo, centro de estudios, realizar sus actividades de ocio, relacionarse socialmente, etc… Este principio de autonomía es un indicador especialmente relevante cuando nos encontramos en la situación en la que la persona anteriormente era autónoma, y desde hace un tiempo ha dejado de serlo o en algún área o en varias. En el ejemplo de la pregunta que nos han realizado deberíamos valorar si cuando la persona expresa “no puedo salir porque ya estoy nerviosa” qué pasaría si saliera acompañada, estaría menos nerviosa?, podría salir acompañada? Si la respuesta fuera que sí, veríamos cómo este principio de autonomía ya nos da un indicador de la necesidad de acudir al psicólogo.Principio de interferencia
Este principio nos lo encontramos en muchas clasificaciones diagnósticas a nivel clínico como por ejemplo para la valoración de los trastornos adictivos y de ansiedad. Consiste básicamente en valorar las dificultades que tienen las personas desde que su problemática apareció a nivel de su funcionalidad diaria, existiendo varios niveles de interferencia, desde leves molestias o interrupciones, hasta la incapacidad de realizar acciones o actividades que antes la persona sí que podía hacer. En el ejemplo de la pregunta que nos han formulado se puede ver claramente un nivel de interferencia muy elevado. La persona no puede comprar por temor a tener ataques de pánico, de la misma manera la persona no puede acudir a la universidad por padecer nervios. Por lo que su problemática no le permite realizar lo que realmente desea como es acudir a la universidad. Este es un caso claro en el que la persona debería pedir ayuda y acudir a un psicólogo como mínimo para una primera evaluación y a partir de ahí valorar qué es lo que le iría mejor.De todas formas pese a estos dos principios bien claros, como hemos comentado antes, cada persona es diferente y tampoco queremos plantear que a la mínima que alguien no sea autónomo o que ya no pueda hacer alguna actividad que antes realizaba deba ir al psicólogo sí o sí. También es muy importante utilizar el sentido común y que cada persona pueda valorar por sí misma la necesidad o no de acudir. Lo que sí que es importante, que si la persona ve que va pasando el tiempo y su problema no mejora, es más, se va agravando y llevamos así más de seis meses consecutivos, sí que sería de ayuda una segunda valoración de un especialista.Fuente: psicologo-especialista-barcelonahttp://elmundotlp.blogspot.com/es