Revista Cultura y Ocio
Por Ezequiel Tena
Ni un féretro
ni un llanto.
Pero un resistiré
silenciado frente a todo.
Ni un pésame
ni una disculpa.
Ni un perdona: mea culpa.
De hielo me volveré
para endurecer la hiel:
por no olvidar.
Ni un perdonad,
ni un llanto,
ni un cuervo,
ni un cuerpo
televisados.
Ni la verdad,
ni un drama,
ni un funeral,
ni una ausencia,
ni un anciano:
cosas que no tienen luz.
El gran mentiroso ha decretado:
ni luz, ni muerte, ni verdad, ni llanto.
A lo que perdiste,
a lo que perdimos,
a lo que perece:
a las cruces
no hay canto.
Pero recordaré.
Te recordaré a ti:
el silenciado frente a todo.