Antología de ciencia ficción colombiana
Dos tomos:
1. Relojes que no marcan la misma hora
2. Cronómetros para el fin de los tiempos
Colección Juvenil, Planeta lectorBogotá, Editorial planeta, 2017
La editorial Planeta ha insistido con éxito en un catálogo llamativo que clasificado por edades de lectura sirve de guía al docente y complementa el hábito lector en los educandos. Planeta lector, como han decidido denominar a su empresa, se ha convertido en un referente educativo que enriquece las bibliotecas de todos los colegios y que, por ende, orienta, de algún modo, las preferencias en literatura.
No está mal, pero atenta, no obstante, contra el albedrío del alumnado al proponer un canon que muchas veces busca sólo beneficiar los propios intereses de compra de sus apuestas editoriales. Los estudiantes más avezados empezarán a crear, gracias a estas lecturas, un criterio propio de lectura, pero quienes no cuenten con maestros generadores de incertidumbre, de búsqueda y fomento de curiosidad, se conformarán con lo que el mercado les brinde. Esperemos que los libros conlleven a una buena formación de lectores y que la selección permita una apertura hacia otras maneras de acercarse a las grandes obras.
En la colección Juvenil, Planeta lector ha apostado por una arriesgada promoción de libros y autores casi desconocidos. En esta oportunidad ha dejado en manos de Rodrigo Bastidas, el cuidado y la selección de una antología en dos volúmenes sobre ciencia ficción colombiana.
De hecho el género es uno de los más leídos en el mundo entero, países como Estados Unidos, España, Japón, Rusia y Francia siguen siendo los productores oficiales de lo mejor de esta literatura. Pero Colombia no tiene una gran historia, ni editorial ni escrita. Rodrigo, a pesar de este hecho y como gran investigador del género logró poner en manos de Planeta lector una selección interesante. Relojes que no marcan la misma hora, es el nombre del primer tomo que se divide en dos partes: 1. Cartografías de horizontes efímeros y 2. Exploraciones en investigación orgánica; el segundo tomo intitulado como Cronómetros para el fin de los tiempos, también está dividido en dos secciones: 1. Circuitos psíquicos, ánimas maquínicas y 2. Dispositivos nomológicos de eternidad.
Ambos tomos están complementados por fichas de autor y por un pequeño comentario por parte de cada escritor sobre aquellos detalles que hicieron posible la inclinación hacia la escritura por ese tipo de literatura. En síntesis los libros procuran ser una guía para el neófito y una especie de cartilla didáctica donde el estudiante podrá satisfacer sus necesidades bibliográficas.
La antología está acompañada por la bien documentada introducción que nos ofrece Rodrigo Bastidas y que se titula: Del invariable tic-tac, a los estallidos eléctricos del quark, como estrategia organizadora que permite al lector comprender el porqué de las partes en las que se clasifican los relatos.
Del primer volumen me quedo con: Su reflejo en la ventana, El milagro de Barcelona, Sangre correr, Huitaca y un hueso de ratón en la madriguera; del segundo son inevitables: Y de pronto las estrellas, En el vacío no hay eco, Los huesos de Darwin y la biblioteca al final del mundo. Mundo para formar nuevos lectores, que tanta falta hacen.