El sertao sabe, Antonioque debajo de esa capa escondes una corazaque hace que las balas no te hieranUna coraza hecha del oroque ganaste de los ricosmatando a los pobres
Antonio das Mortes, matador de cangaceiros, respetado y temido en todo el sertao ... ¿pero quién eres, Antonio, una vez que acabaste con el último cangaceiro? El dragón venció en la batalla, pero sólo para darse cuenta de que, muerto el santo, ya no hay nadie que lo redima, que lo perdone. Vagará maldito, solo, por la tierra desolada, por sus propias huellas de destrucción y muerte ... o será él el santo, él el guerrero que combata al siguiente dragón (santos hay pocos, pero dragones siempre se encuentran).
Cierta textura, y cierto toque surrealista (pero el surrealismo de los mitos, de la sangre, no el de los sueños de la burguesía europea), me hacen acordar a Jorodowsky, pero claro más político, y con esa potencia que sólo la tierra misma puede tener. Confieso que es la primera vez que veo una película del brasileño Glauber Rocha ... y ahí me encontré, cuando pasaban los últimos títulos, mirando la pantalla, esperando que los pedacitos de mi cerebro se recompusieran del estallido, incapaz de moverme siquiera. ¡Dios mío! Aun no me recupero ...
Excelente.
Título original: O Dragao da Maldade contra o Santo Guerreiro
Dirección: Glauber Rocha
Guión: Glauber Rocha
Elenco: Maurício do Valle, Odete Lara, Othon Bastos, Hugo Carvana, Jofre Soares
Esta película participó del 12° Bafici, 2010, en la sección Clásicos modernos.