Queridos amigos, han transcurrido casi veinte años desde que fui a ver la última retrospectiva del pintor manchego, Antonio López, en el Museo de Arte Reina Sofía. Recuerdo que arrastré a todos mis amigos, recién licenciados y llenos de ilusiones (todavía no nos habíamos dado de bruces con el mundo real), para ir a ver esa exposición. ¡Y lo conseguí! Lo cual tuvo mucho mérito, porque estábamos a comienzos de los 90 y pensando más en salir por la noche y divertirnos, que en otra cosa.
Para mi, confieso, fue una forma más de diversión ya que adoraba los cuadros de este artista y aquella exposición me dio la oportunidad de ver, en vivo y en directo, obras que idolatraba desde los tiempos de mi niñez. ¡Fue emocionante!
En una casa familiar, todavía tenemos un lavabo igual. Agua helada por un lado, ardiendo por otro. El de Antonio López es del año 1967 y se titula "Lavabo y Espejo", ¡mi favorito!
En fin ¡no nos pongamos nostálgicos! Porque de nuevo en 2011, la obra de Antonio López se reúne en el Museo Thyssen Bornemisza, www.museothyssen.org/thyssen/home y he tenido la suerte de acudir en visita privada, invitada por uno de los miembros del Patronato del museo, Ramón Caravaca, y con explicaciones del propio Conservador Jefe, Guillermo Solana, quien comparte comisariado con María López, una de las hijas del artista. ¡Un lujo, os lo aseguro!
Así de feliz y risueña estaba yo, ¡no era para menos!
Pero no os preocupéis si no podéis venir a Madrid a verla. Leed un poquito de los que os cuento, y podéis pinchar en este enlace para una visita virtual de la exposición, http://www.museothyssen.org/microsites/exposiciones/2011/antoniolopez/vv/index.htm. No es lo mismo que verlo al natural, pero es interesante igualmente.
También os dejo dos enlaces donde podréis ver los cuadros del artista por orden cronológico. Muy práctico e interesante para ver su evolución.
http://arelarte.blogspot.com/2011/07/antonio-lopez-figuracion-objetiva.html y http://www.foroxerbar.com/viewtopic.php?t=4601
Y ¡atención! Tras la presentación de la exposición en Madrid, podrá verse, en versión algo más reducida, en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, del 10 de octubre de 2011 al 22 de enero de 2012.
Así que, mis queridos amigos de Bilbao, os podéis considerar afortunados también.
Escultura de Antonio López de una cabecita de uno de sus nietos.
Y no os voy a soltar una perorata sobre la obra de Antonio López, a base de recopilar información de diferentes medios de prensa, blogs acreditados en el tema, etc. porque sería más de lo mismo y tampoco sé si estoy capacitada para ello. Sólo quiero incentivaros un poco el interés por la visita, daros a conocer al genio si no lo conocíais todavía y contaros mis impresiones de esta exposición, como aficionadilla al arte, que no "entendida", y por supuesto, como admiradora de Antonio López. Eso sí, si veis que el comentario es muy profesional, traspaso el copyright a Guillermo Solana, que fue el que nos la explicó a todos los que allí estábamos.
Guillermo Solana en http://www.peatom.info/
La exposición consta de dos partes bastante diferenciadas y ordenadas cronológicamente, ya que la primera parte incluye las obras posteriores a la exposición de 1993, de la que os hablaba al principio, con algún flashback de los años 60 y 70. Explora los grandes temas de la creación de Antonio López en las últimas décadas, señalando a la vez la continuidad y el contraste con la etapa anterior a 1990. Esos temas se reducen esencialmente a tres: la ciudad, el árbol y la figura humana, en correspondencia con tres medios artísticos fundamentales: la pintura, el dibujo y la escultura.
Foto de Antonio López extraída de http://www.heraldo.es/. Como decimos en Galicia, es "riquiño". Aparte de ser un genio.
La segunda parte de la exposición viene a ser una mirada retrospectiva hacia la carrera de Antonio López, presentando su evolución, desde los orígenes hasta su primera madurez. Es ahí donde nos encontraremos también lo más reciente.
Y entramos ya en el Museo, ¡bienvenidos! ¡Pasen, vean y lean!
http://www.museothyssen.org/microsites/exposiciones/2011/antoniolopez/vv/index.htm
Tres son también los lugares que marcan la vida de Antonio López: Grecia, Tomelloso (Ciudad Real) y Madrid. Referencia a este amor y vinculación a Grecia son los bustos que nos vamos a encontrar nada más entrar. Los originales proceden del Templo de Zeus en Olimpia y éstas son las copias de los vaciados en escayola de los originales. Se puede decir que son una "copia de copia", pero ... por Antonio López, así que ya tienen un significado y un valor especiales.
Maqueta del Templo de Zeus en Olimpia. En la exposición podréis ver una preciosa maqueta, no de este templo sino... ¡de la casa de Antonio López!
Unos metros más adelante, nos encontraremos con un homenaje a sus orígenes. Antonio López es de Tomelloso. Allí creció y fue muy feliz. Y aunque siempre que hablamos de su obra todos nos imaginamos un cuadro hiperrealista, en "Carmencita jugando" (más abajo) podemos ver una pintura más onírica que realista, y que refleja el enfrentamiento entre la intimidad y el resto del mundo, algo muy característico de su estilo y que podréis ver en muchos de sus cuadros.
"Carmencita jugando".
Otra de las cosas nuevas que descubrí con la visita guiada es que Antonio López deja muchas obras, aunque no nos lo parezcan en principio, sin rematar del todo. Incluso, reclama pinturas y esculturas a propietarios que las compraron hace décadas, para cambiarles algo que ahora no le convence. Para él, "una obra nunca se acaba".
¡Esto me llamó muchísimo la atención! Es como si sus cuadros, esculturas... siempre estuvieran algo inacabados o siempre en proceso de creación y tuvieran que evolucionar, al igual que evoluciona con el tiempo, su propio autor.
En esta retrospectiva, por ejemplo, una de las obras, como tantas otras, procedía de otro museo, en concreto el Pompidou de París. Y Guillermo nos contó que al verla, Antonio López ya la quería "retocar". Pero, claro, ¡no se lo pudieron permitir! Porque lógicamente, si al Pompidou se le devuelve modificada, una obra que ha prestado, pues como que no le va a hacer mucha gracia y dudamos de que vuelva a prestar alguna otra joya al Thyssen. Así que a Antonio López hay que tenerle casi vigilado porque en un tris, coge la paleta y el pincel y tenemos un conflicto diplomático.
Si no recuerdo mal, en "La terraza de Lucio" iba a haber figuras humanas que nunca pintó.
Otra de las aficiones de este artista son los retratos de parejas, lo cual, le ha dado algún que otro quebradero de cabeza, como comprobaréis más adelante. En la imagen siguiente, podéis ver autoretrato del pintor con su mujer, "llenando" y habitando una sala adornada de pinturas de temas domésticos: una nevera, una alacena... como si de una casa se tratara.
Como os decía los tres temas principales de Antonio López, son: la ciudad (pintura), el árbol (dibujo) y la figura humana (escultura). Y es en la tercera sala donde nos vamos a encontrar los espectaculares homenajes de Antonio López a su querida ciudad de Madrid. Hay que decir que a partir de 1960, cada cuatro o cinco años, el artista pinta una vista panorámica, así que hay bastantes.
Aquí nos vamos a encontrar con el famoso cuadro "Madrid desde Torres Blancas", que es una maravillosa vista de Madrid, con la Avenida de América como eje central. La "instantanea" se sitúa en el crepúsculo del día.
Disfrutaremos también con un cuadro posterior: "Madrid Sur". La ciudad de Madrid desde otro ángulo que a Antonio López le entusiasmaba, ya que era lo que veía cuando iba a su tierra, Tomelloso.
En la siguiente sala, de nuevo, otra panorámica: "Madrid desde Capitán Haya". Con un Madrid, más moderno, amarilleado y también crepuscular.
Y por fin llegamos a uno de los pocos paisajes verdes que ha retratado el artista. Una visión de "El campo del Moro".
Ni que decir tiene que estos cuadros merece la pena verlos al natural ya que en estas fotos pierden la grandiosidad que les caracteriza. A mi me encantaría ver uno al natural, todos los días, colgado de una de las paredes de mi casa. ¡No, por nada en especial! Sólo que creo que lo apreciaría mucho más y mejor.
Y ya terminamos los paisajes con la vista de Madrid desde la Torre de Bomberos de Vallecas, "Madrid desde Vallecas", de exposición inédita hasta ahora.
Este cuadro tiene un efecto escenográfico hiperreal, parece que Antonio López lo está pintando y aquí veis lo que os decía antes, la inmensidad (se ve casi todo Madrid), frente a la intimidad, (el espacio donde él lo estaba pintando).
Es su cuadro más crítico ya que la ciudad parece una maqueta que transmite algo de horror, una versión apocalíptica de Madrid. Como véis, incrusta en el cuadro su observatorio y además hace un efecto de gran angular: comba la barra roja que, en la realidad, está perfectamente derecha. Hay alguna parte inacabada y está compuesto por varios paneles que tuvo que unificar ya que al unirlos no coincidían exactamente. A ello se dedicó el último año de elaboración de este impresionante cuadro, que se encuentra acompañado en la sala por proyectos previos del mismo.
Proyectos del cuadro "Madrid desde Vallecas".
Entramos en la sala cuarta, seguimos en Madrid, pero nos vamos a la Gran Vía que tanto fascina al artista. Que sepáis que se iba a las seis de la mañana, allá por los años 70, con su caballete a pintar. Dejaba reposar el cuadro cuando las condiciones de luz variaban, hasta volver a capturar el mismo momento, al año siguiente. Éste que os muestro, es uno de los más bellos y claramente invita a entrar en esta maravillosa avenida.
Pasamos al tema del árbol, un verdadero microcosmos para Antonio López. En concreto, el membrillero es la especie arbórea que se lleva la palma dentro de sus preferencias. Y ahora es el momento de haceros una recomendación personal. Si os interesa conocer más y mejor a Antonio López y queréis comprender mejor esta exposición, no dejéis de ver la película "El sol del membrillo", dirigida por Víctor Erice. Conoceréis las técnicas de dibujo y pintura del artista, de milimetrica y sorprendente perfección y podréis ver, el cuadro y el dibujo que pinta en la película, colgados de las paredes del Thyssen. A mi me emocionó.
En la película, como os comento, podréis ver las mediciones del artista para pintar el árbol y las coordenadas que utiliza y que, al final, no borra en los dibujos. Así como el pintor clásico borra todo, Antonio no, porque piensa que el proceso enriquece la obra final, y que forma parte de la obra misma. Otra de las ideas fundamentales en las que descansa su filosofía artística.
Y ya pasamos al tercer tema clave. La última sala de esta primera parte, se dedica al cuerpo humano que es uno de los temas que más le interesan a Antonio López en estos últimos años.
"Hombre y mujer", que veis en la imagen con cierto aire a "El Escribano" del Antiguo Egipto, los vendió en su día a una coleccionista norteamericana pero los recuperó para corregirlos ya que pensaba que el hombre le había salido un tanto "simiesco". Al reelaborar al hombre pero dejar a la mujer como estaba, ésta se quedó mucho más bajita, de ahí la diferencia de alturas.
Otra curiosidad, es que, aunque pudiérais pensar que es madera maciza, ¡no lo es! Dentro de estos cuerpos hay telas, tornillos y ¡sabe Dios qué más!
En esta línea, nos vamos a encontrar con dos piezas inéditas, la mujer de Coslada, en versión reducida, "Figura de mujer. Eva", que representa el nacimiento de Eva, llena de aspiraciones espirituales y que ha sido directamente traída de su estudio y "Hombre Tumbado", recién traído de la fundición al Thyssen. No representa a un hombre muerto, en contra de lo que se pueda pensar. Sus músculos y venas así lo atestigüan, pero lo cierto es que cuando Antonio López quiso volver a retocarlo, el modelo real ya había fallecido.
Descendemos ahora a la planta de abajo donde lo primero que nos vamos a encontrar son cuadros como "Niño con tirador", " La azotea de Tomelloso", "Doble retrato matrimonial"... y un cuadro típico de estudiante: "Cabeza griega y vestido azul" de 1958, reelaborado, a petición del autor, en 2011. Los que hemos ido a clase de pintura alguna vez, conocemos este tipo de cuadros, que suelen ser composiciones de varios objetos que suelen habitar las escuelas de arte. ¡Me entusiasmó!
¿Recordáis que os decía que esto de los retratos de pareja tenía sus peligros? "Emilio y Angelines" lo tuvo. Emilio abandonó a la guapa Angelines y ésta quiso que el artista borrara a Emilio, cosa lógica por otro lado. ¿Qué ocurrió? Que Antonio López iba a sustituir a Emilio por una de las hijas de ambos, pero al final dejó el proceso de borrado a medio hacer y éste fue el resultado: ¡Un cuadro con historia!
"Mujer en la playa", otro cuadro, más bien un dibujo, bellísimo y muy "daliliano" ya que, sobre todo en sus inicios, Antonio López tuvo cierta influencia de la pintura de Salvador Dalí como aquí se aprecia.
En "Mujer durmiendo", de madera policromada y "atormentada", nos explicó Guillermo Solana, que el pecho desnudo hace referencia a la maternidad y que Antonio López se inspiró en su mujer que acababa de ser madre.
En "Cocina de Tomelloso" nos encontramos con un un dibujo a lápiz sobre papel, totalmente minimalista en el que no existe subjetividad ninguna. Increíble que con esos medios se pueda hacer algo tan hermoso y perfecto.En "La Cena", volvemos a ver el inconformismo del creador, quien retocó uno de los rostros al considerar que no estaba a la altura adecuada pero al final... lo dejó inacabado.
Casi terminando la exposición, pasado un pasillo, entraremos en una sala a modo de jardín ya que de sus paredes cuelgan numerosos cuadros dedicados a los ramos de rosas blancas que cada año recibe su mujer en Ávila. Así que todos son iguales y diferentes a la vez.
Y llegamos a la parte de las cabecitas de los nietos. A mi me fascinó esta composición que no deja de tener un cierto aire "terrorífico" de forma conjunta, pero que vista cada obra individualmente, se rodea de un halo de placidez y belleza. Y nada más, queridos lectores. Me dejó muchísimas cosas, pero espero que os haya gustado ver esta serie de obras de uno de los mejores pintores de nuestro país, y que al menos, os haya despertado el gusanillo de venir a verlas a Madrid, o a Bilbao un poco más adelante. Os dejo los datos de este gran acontecimiento cultural más abajo. Pensad que son ciento treinta obras que abarcan cincuenta y ocho años de trabajo de un artista excepcional y entrañable. Tardaremos mucho en volver a ver algo así. ¿Os lo vais a perder?
Museo Thyssen-Bornemisza: Paseo del Prado, 8. 28014 Madrid. http://www.museothyssen.org/
Fechas: Del 28 de junio al 25 de septiembre de 2011. Horario: De martes a sábado de 10.00 a 23.00 h. Domingos, de 10.00 hasta las 19.00 h. Lunes cerrado. Consultad en la web, hay varios lunes que abrirán también.
¡Un beso grande y feliz verano!
Sylvie Tartán.