Si mi trabajo en publicidad no sirve para iluminar el mundo, entonces no sirve para nada. Por eso me he propuesto subir cada lunes, en la barra de la derecha de este blog, un spot que, además de breve, reúna estas tres condiciones: 1) Haga pensar; 2) Aporte optimismo; 3) Muestre que lo comercial es compatible con la ética y puede hacernos mejores.
El primer vídeo que he seleccionado es un spot de Coca Cola titulado “Reconciliación” (también se dio a conocer como “Cyrano”) y fue creado por la agencia madrileña McCann Erickson en 2003. Por su acertada creatividad, mereció ese año el Gran Premio de Oro concedido por AMPE (Asociación de Medios Publicitarios de España) y el Premio al Mejor Spot del año concedido por la APPE (Asociación de Productores de Publicidad Española).
Es un anuncio muy simple, pero con una fuerte carga emotiva. Por una parte, nos habla de algunas cosas que dificultan la comunicación en la pareja: utilizar a los hijos como parapeto o como arma arrojadiza; suponer que una respuesta evasiva pretendía humillarnos o hacernos daño; generalizar a partir de un acto concreto como si fuera un defecto del otro imposible de corregir...
En un determinado momento, el chico que actúa de mensajero tiene una feliz inspiración. Y el anuncio empieza a hablarnos de otras cosas, mucho más positivas, y que todos deberíamos tratar de conseguir: olvidar con una sonrisa una palabra amarga, descubrir lo bueno del otro que habíamos ya olvidado, transformar los dardos encendidos en bellas palabras de perdón. Pero, aún más que eso, el anuncio nos habla de esos laberintos en que a veces nos encerramos, haciendo imposible toda comunicación con el exterior.
Hoy, que asistimos al drama de tantas familias rotas, viene bien descubrir que la publicidad, además de vender productos, puede promocionar ideas que nos ayuden a ser mejores.