¿Qué tal?
En uno de mis posts hablé sobre los anuncios de compresas y la gran mentira que te venden. En realidad, a las mujeres nos mienten en todos los anuncios que nos dedican: cremas adelgazantes, anti-arrugas, productos para la depilación que no duelen ¡ja!...pero quizás una de las mentiras más cruel que nos venden sea la maternidad, como un período feliz, sereno y lleno de felicidad.
Despierta nena, es un infierno.
Y ahora algunas dirán: "ser madre es lo que le ha dado sentido a mi vida", "es el mejor trabajo que existe", "me ha completado como mujer" y frases por el estilo para convencernos que tener bebés nos hará super feliz y nos unamos al club del biberón.
Solo un dato, las mujeres que se dedican en exclusiva a la familia suelen ser mucho más propensas a sufrir depresiones, así que eso de que tener hijos te da la felicidad es una mentira como un templo.
Eliminado el elemento cursi de madre abnegada y sufrida, voy a explicaros la realidad de tener hijos, y lo poco que se corresponde con la publicidad.
- Los bebés duermen y te dejan dormir.
Criatura, tu bebé no va a dormir una noche entera hasta que tenga un año y eso en el mejor de los casos. Y no tiene nada que ver el pañal que le pongas, los bebés se despiertan y lloran por cualquier razón: hambre, sueño, dolor y porque sí. ¿En serio pensabas que poniéndole un pañal caro ibas a dormir tus 8 horas? Olvídate de eso durante un año. Antes de tener un bebé, ponte la alarma del móvil cada dos o 3 horas cada noche, levántate y vuelve a la cama 45 minutos después. Eso es lo más parecido a tener un bebé, no lo que te vende este anuncio.
2. Dar de comer a un bebé es divertido y fácil
¿Sabéis por qué es díficil encontrar un anuncio donde un bebé se coma un potito? Porque no hay forma de enmascarar esa tortura china. Dar un potito puede implicar perfectamente una hora, también implica que escupa el potito, que se ensucie, te ensucie y ensucie lo que pille alrededor. Porque, y esto es importante, los bebés son principalmente pringosos.
3. La felicidad maternal
Quizás esto sea lo más cruel que te vendan: un estado de felicidad constante con tu bebé, un período de serenidad y sonrisas. Las madres lloran y mucho de desesperación cuando ya no saben qué hacer para que sus bebés dejen de llorar, o porque llevan días sin dormir o son las 5 de la tarde y aún no han podido comer. Ser madre es durísimo, cuidar de un bebé implica renunciar a tu vida, literalmente, olvídate de ti, piensa que tienes que atender a otra persona 24 horas al día, olvídate de ir de compras, de acostarte cuando quieras, de dormir más de 4 horas al día, de ducharte cuando te apetezca, de irte de viaje a sitios exóticos, de tener tiempo de hacerte la plancha o maquillarte, de salir únicamente con el móvil y las llaves. Olvídate de las fiestas, de la vida social, de leer un libro tranquila o tomar un café con las amigas. Eso es la maternidad, renunciar completamente a ti.
Dicho esto, ya te he advertido de lo que significa realmente la maternidad y criar a un bebé. Puede que todos esos sacrificios no sean nada comparado con las ganas de ser madre, que no te importe, pero si una noche, a las 3 de la madrugada, llevas intentado una hora que tu bebé se duerma y es la tercera vez esa semana, no digas que no te lo advertí.
Bye, bye.