Cada vez más se va tomando conciencia de lo importante que resulta la alimentación para conseguir o mantener un estado óptimo de salud. En el bebé, así como en los niños en edad de crecimiento, esto resulta de una obviedad mucho más evidente.
Puesto que todos somos diferentes (por suerte), se puede decir, que cada persona tiene unas necesidades alimenticias individuales, esto es, NO todos los niños han de comer la misma cantidad. Hay niños que regulan su ingesta de alimentos, pueden comer mucho y cenar menos o viceversa. El mejor marcador para saber si el aporte de nutrientes es el adecuado es valorar el estado general del niño, comprobar que aumenta de peso y talla y que no enferma fácilmente.
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Aún así, pueden haber niños cuyo apetito se vea disminuido bien sea por que están enfermos, porque tras un proceso patológico están en proceso de convalecencia o simplemente porque tienen poco apetito sin más.
Desde el punto de vista de la homeopatía existen principalmente dos remedios que suelen dar buenos resultados al tomarlos de manera conjunta en la misma toma:
Cereales germinados 8 DH gránulos: Se recomiendan 4 gránulos 30 minutos antes de la comida y de la cena.
Alfalfa 8 DH: Se recomiendan 4 gránulos 30 minutos antes de la comida y de la cena.
Si además el niño está convaleciente, siempre y cuando sea posible de acuerdo a su edad y proceso en cuestión, se recomienda propolis.
Una recomendación más para ayudar a que el niño coma un poco más, es poner la cantidad de alimento que le corresponda pero en un plato de adulto, de esta manera, visualmente el niño verá un plato más grande con poca cantidad de alimento y le resultará menos esfuerzo acabarse todo el contenido del plato, ya que así, no verá tanta cantidad en el plato.
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