Javier Rico
El curso 2018/2019 lo hemos cerrado en Pinto, en la primera vez que Aver Aves se acerca a esta localidad del sur de la Comunidad de Madrid. Dos parques (Norte y El Egido) y numerosos jardines entre ellos, sirvieron para demostrar a alumnas y alumnos del colegio Calasanz la biodiversidad alada que les rodea y premiar así que ganaran el galardón del VII Concurso Renueva tu Energía, que organiza el centro de educación ambiental El Campillo. Resultó ser un broche de oro al curso, ya que, al finalizar la ruta, una profe nos dijo que no se imaginaba un regalo mejor y el grupo de escolares nos despidió con un gran aplauso.
El centro de educación ambiental El Campillo, ubicado en Rivas Vaciamadrid, y el de Polvoranca, en Leganés, van muy unidos a Aver Aves. Son numerosas las interacciones amistosas que hemos establecido con ambos, y siempre con la educación ambiental por bandera y acción. Como patrocinadores de la última edición del concurso Renueva tu Energía, que organiza El Campillo, ofrecimos una ruta de Aver Aves al centro escolar ganador.
El principal objetivo del concurso es promover “el uso de energías renovables entre el alumnado y concienciar sobre la importancia de hacer un consumo energético responsable”. Seis equipos compitieron por ver quién construía el mejor horno solar, diseñado y fabricado exclusivamente por escolares. El primer premio recayó en la clases de 4º A de secundaria del colegio Calasanz de Pinto. Por este motivo encaminamos nuestros pasos hacia este localidad.
Para no variar, dicho colegio (como prácticamente todos en la Comunidad de Madrid) reúne la suficientes sorpresas ornitológicas para sorprender a los escolares que se apuntaron a nuestra ruta. No solo nos acompañaron alumnas y alumnos de cuarto de la ESO, sino también de segundo y tercero, y junto a ellos comprobamos que en la fuente de la glorieta pegada al centro escolar “desayunaban” seres alados que hace dos o tres meses estaban a miles de kilómetros de Pinto.
A algunos de ellos, como los aviones comunes, les vimos incluso entrar y salir con comida para sus polluelos de sus nidos, formados por pegotes de barro sólidamente dispuestos y unidos. Por su parte, las golondrinas hacían vuelos rasantes sobre la lámina de agua de la fuente para beber y los vencejos comunes, más arriba, chillaban mientras se zampaban mosquitos y otros insectos voladores. Y sí, chicos, recorren miles de kilómetros hasta llegar a Pinto sin necesidad de GPS ni Google Maps.
El camino hacia el parque Norte, entre jardines, estuvo protagonizado por gorriones comunes, palomas torcaces y urracas. Ya en la zona verde mencionada cogieron el testigo cotorras argentinas, estorninos negros y, sobre todo, una pareja de milanos negros. La aves siempre reservan alguna sorpresa inesperada que demuestran que una ruta urbana adquiere por momentos tintes de “safari urbano”. Ver rapaces es una de ellas, y en este caso con otros migradores natos.
El paso entre el parque Norte y el del Egido también acaparó la atención del grupo escolar con el planeo majestuoso de una cigüeña blanca y el “turno que se pedían” las palomas domésticas para beber en la fuente de la plaza de Santiago. Ya en El Egido, la vigilancia del padre de un mirlo joven que se aventuraba en exceso hacia nuestro grupo, protagonizó una de esas escenas que denominamos “documentales de naturaleza” durante nuestras aulas en los parques.
Y lo dicho, tras la charla final de vuelta al patio del colegio Calasanz surgió uno de esos aplausos espontáneos que tanto nos alegran y el comentario de una profe: “ha sido el mejor regalo que podrían tener por el premio”. Sin duda, la concienciación de partida de este alumnado y profesorado ayudó mucho para que Aver Aves también se sintiera muy cómoda en la ruta. Y aunque os seguiremos informando por el blog, si tu centro escolar o asociación de familias del mismo quiere tener un regalo como nuestras rutas, ya sabes, apúntate a una para el próximo curso 2019/2020.
Infórmate sobre nuestras rutas para colegios, institutos y ampas por parques y jardines de la Comunidad de Madrid.