A boy and his dog (L.Q. Jones, 1975. EEUU): adaptación convertida en una extrañísima desfachatez, que de extraña ha terminado por abrazar una consideración de cierto culto entre los aficionados a lo raro, pero es un film como mucho cutre en su planteamiento, con alguna idea rescatable- obviamente, la comunicación telepática entre el protagonista, un imberbe Don Johnson, y su cínico perro, supervivientes de un holocausto nuclear conocido como la Cuarta Guerra Mundial, la cual ocurrió antes del año que se nos indica, y que no es otro que 2024 (pasado mañana)- pero decididamente pesadísima en todo lo demás. Serie B de pretensiones que nunca tuvo ni probablemente quiso tener. Le pese a quién le pese, prefigura algunas ideas visuales luego vistas en la saga de Mad Max y su desenlace resulta freak a más no poder.