De expediente Amelie
Hay que comer sircas para endurecer el alma
Buscar subterfugios que tengan algo de petroglifos o cavernas
Desenmarañar la noche hasta encontrarle la claridad
Pero nunca entregarse, no dejar que un reflujo de abyecciones nos desmanee
Tendrás que convertir tu boca en una solfatara
Y quizás lo único agradable sea un sabor de sangre acuarela en los recuerdos
Tu intestino fue hecho con el mismo cuero con que se fabrican los suestes;
Un marinero acribillado por delirios lo pensó en el mallesttrom
Y supuso el uso de ese apéndice como agüero para templar la porfía de los ángeles.
No olvides que llevas una máquina que se alimenta de tus años como el tiempo.
Alguien te empujó y en la caída te puso un soma como código de barras
La eternidad es como una suripanta que se deleita colocando espíritus en el horno
Nada le debes a su fuego sin memoria, a sus labios sin huella de beso en tu ceniza
Aprendiste de aquí lo que era el hambre y el dolor,
La vida te amarró en un somier oxidado y con palanganas te enseñó a amar lo que perdías
Peregrinaste en el mundo como un wayuu borracho en el soto más espinoso
Soterraste aquella corazonada de querubín que te asaltaba
Y le cogiste un cariño absurdoal sollado donde Dios puso a crecer tu stupa y tu esqueleto.
Deglutir es una forma de afirmar tu suberoso corazón obstinado
Recuérdalo cuando te tragues tu último suspiro
Soslayaste la aureola para intrigar una biografía más cercana al sortilegio
Si las alas afirman lo invisible, nada envidian tus entrañas,
Solios verdaderos de este cuerpo humano.