“Si los católicos comprendiesen el significado sublime de la Santa Misa, deberían manifestar el mayor respeto en la forma que se visten”, expresaron quienes apoyan la posición asumida por el Padre Armando Caycho, contra una joven de esa localidad que se presentó al acto litúrgico dentro del cual se ofrece el sacrificio eucarístico vestida indecorosamente. “La forma como nos vestimos refleja cuanto respetamos a Dios y la dignidad del evento”, fueron otras de las opiniones recogidas por Primera Línea. Muchos agregaron que la reacción del padre no tiene por qué ser criticada tan duramente porque la Iglesia es un lugar sagrado, reservada para el culto a Dios y no para lucir una figura o pretender llamar la atención de los asistentes con la forma de vestir.
“Tenemos la obligación moral de reflexionar sobre nuestro propio comportamiento y enseñar a nuestros hijos”, se comentó, tras acotar que los padres de familia están en la obligación de hacer entender a sus descendientes que la falta de decoro y pudor convierte a las mujeres en objeto en cualquier forma de interés sexual o de hablar de cosas sexuales.
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