Las apraxias son trastornos del sistema nervioso que afectan a nuestra ejecución de movimientos o tareas previamente aprendidas. Implican una dificultad en la planificación motora y en su ejecución (por ejemplo, nos puede dificultar el hecho de pensar cómo enviar una carta y secuenciar los pasos: Escribo la carta, la meto en un sobre, cierro un sobre y lo envío).
Las apraxias nos impiden realizar acciones si alguien nos las pide o si tenemos la intención de hacerlas (aunque nos resultan mucho más fáciles de realizar si lo hacemos de forma espontánea). Así, nos dificultan, por ejemplo, saludar con la mano, vestirnos, abrir un sobre, dibujar, hacer una pequeña construcción con piezas o utilizar ciertas herramientas.
En este artículo conoceremos con más detalle en qué consiste este trastorno neurológico, cuáles son sus posibles causas, las áreas cerebrales implicadas y los diferentes tipos de afasia que existen.
¿Qué son las apraxias?
Las praxias fueron definidas por Steinhal en 1871, citado en Portellano (2005), como “acciones motoras coordinadas que se realizan para la consecución de un fin”(p.). Se trata de movimientos complejos que previamente se han aprendido.
Volviendo al término de apraxia; el prefijo “a” del concepto de praxia implica la “ausencia de”; en este caso, la ausencia de la capacidad para ejecutar movimientos previamente aprendidos.
Entonces, según el portal médico MedlinePlus, podemos definir la apraxia como “un trastorno del cerebro y del sistema nervioso, que hace que la persona sea incapaz de realizar determinadas tareas o movimientos cuando se le piden, aunque haya entendido la petición o la orden, esté dispuesta a hacerlo, haya aprendido la tarea y/o los músculos necesarios para llevarla a cabo funcionen adecuadamente”.
Dos sistemas
Encontramos dos sistemas involucrados en las apraxias:
- Sistema conceptual: Tiene que ver con el conocimiento que tenemos sobre la utilización y el funcionamiento de los objetos, los utensilios y las herramientas.
- Sistema de producción: Por su parte, este sistema nos permite almacenar y realizar la representación sensoriomotora (espacial y temporal) necesaria para poder ejecutar la actividad motriz. Es decir, nos permite ejecutar el movimiento.
Características y síntomas de las apraxias
El síntoma principal de las apraxias es una incapacidad para ejecutar movimientos aprendidos previamente. Para poder hablar de apraxia, no debe existir parálisis, paresia o ataxia como causa primaria de la dificultad motora. Tampoco debe existir un déficit intelectual que justifique la incapacidad para ejecutar el movimiento.
Se da, además, una ausencia de cualquier tipo de trastorno atencional, confusional o delirante, así como la ausencia de trastornos sensoriales que justifiquen el déficit motor.
Una persona con apraxia fracasa cuando se le pide que imite o realice un movimiento intencional; sin embargo, puede estar conservada la actividad motora cuando la realiza de manera espontánea.
En el caso de que esté afectado el lado opuesto a la lesión, hablamos de hemiapraxias, aunque en estos casos también puede estar afectada la ejecución en ambos lados.
¿Qué causa las apraxias?
Encontramos diferentes causas que explican las apraxias, aunque básicamente estas se producen por un daño cerebral.
Las apraxias son trastornos adquiridos; es decir, surgen una vez que la persona ya ha aprendido las tareas o destrezas que posteriormente no logra llevar a cabo. Entre las causas de las apraxias encontramos:
- Tumores cerebrales.
- Lesiones cerebrales traumáticas (traumatismo craneoencefálico).
- Accidente cerebrovascular (ictus hemorrágico o isquémico).
- Hidrocefalia.
- Enfermedades neurodegenerativas (que empeoran de forma progresiva el funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso).
- Demencias.
Áreas cerebrales implicadas en las apraxias
Photo by Anna Shvets on Pexels.comA nivel neurológico, hay diferentes áreas cerebrales que pueden estar implicadas (y por lo tanto, dañadas) en las apraxias. Esto es así porque dichas áreas se relacionan con las funciones que una persona sana podría realizar perfectamente si no tuviera apraxia. Entre ellas:
- Área premotora
- Área premotora suplementaria
- Lóbulos occipitales
- Lóbulos parietales
- Lóbulos temporales
- Núcleos grises basales
- Cuerpo calloso
- Tálamo
8 tipos de apraxias
Existen varios tipos de apraxias en función de sus características, áreas cerebrales afectadas, etc. Vamos a conocer en qué consiste cada una de ellas y a ilustrarlas mediante ejemplos:
Apraxia ideatoria
La persona manifiesta una incapacidad para la manipulación de objetos y herramientas previamente conocidos. Por ejemplo, no puede utilizar un cuchillo si se le pide (aunque de forma espontánea sí podría).
Así, se caracteriza por la incapacidad para ejecutar una serie de gestos propositivos secuenciados dirigidos a un fin, como consecuencia de la pérdida del plan de acción. En este tipo de apraxia está alterado el sistema conceptual.
Apraxia ideomotora
En la apraxia ideomotora lo que está afectado es la realización de gestos simples, aunque sí está preservada la capacidad para manipular objetos y herramientas reales. Por ejemplo, la persona no puede saludar con la mano si se le pide.
Este tipo de apraxia afecta a la realización propositiva de movimientos simples, ejecutados deliberadamente y fuera de contexto. Es importante saber que no existen déficits sensitivos o motores ni deterioro cognitivo en el sujeto que la explique.
Aquí está preservado el sistema conceptual ya explicado, pero el programa de producción o sistema de producción está dañado o alterado. Esto explicaría por qué existe un fracaso en la transmisión de mensajes hacia el área motora en el lóbulo frontal.
Apraxia constructiva
Se trata de una incapacidad para reproducir dibujos o ensamblar piezas bidimensionales o tridimensionales, que hace imposible la realización de tareas como maquetas, diseño de planos, construcción con cubos o la copia de un dibujo simple.
Apraxia del vestir
En la apraxia del vestir existe una incapacidad para vestirse uno mismo de un modo autónomo. De esta forma, la persona no sabe orientarse con la ropa, siendo incapaz de secuenciar el orden, lo que hace que se vista de manera torpe y desmañada. Este tipo de apraxia suele aparecer junto a la apraxia anterior (constructiva).
Apraxia de la marcha
En este caso, la incapacidad se da en el hecho de caminar correctamente de forma voluntaria, aunque de forma espontánea (no pensada o planificada) la persona sí puede ser capaz de caminar adecuadamente. Se suele asociar a enfermedades cerebrales graves, como tumores, demencias o hidrocefalia.
Apraxia bucofonatoria
La apraxia bucofonatoria es la incapacidad para realizar movimientos voluntarios de cara, labios, lengua u órganos fonatorios. Esto se traduce en una incapacidad para realizar gestos como: soplar, sacar la lengua o enseñar los dientes.
Sin embargo, como en otras apraxias, puede persistir la capacidad de realizar el movimiento de un modo espontáneo.
Apraxia óptica
Una persona con apraxia óptica no puede realizar movimientos de búsqueda visual en movimientos guiados. Es decir, si por ejemplo está mirando una habitación y se le pide que busque un libro más o menos escondido, no puede realizar esta acción de búsqueda visual.
Apraxia callosa
Finalmente, la apraxia callosa tiene que ver con la incapacidad de ejecutar actividades motoras mediante orden verbal (es decir, si alguien nos pide que hagamos un determinado movimiento o tarea).
Surge por la ausencia de cuerpo calloso, que le impide al hemisferio izquierdo transmitir al derecho las órdenes adecuadas para que mueva la mano izquierda.
Así, está afectada la mano izquierda, y se da por una hemiapraxia producida por una callosotomía (sección del cuerpo calloso).
Referencias:
- MedlinePlus. (2021). Apraxia. Recuperado de: Apraxia: MedlinePlus enciclopedia médica
- Portellano, J. A. (2005). Introducción a la neuropsicología. Retrieved from http://ebookcentral.proquest.com
- Rains, G. D., & Campos, V. (2004). Principios de neuropsicología humana. México: McGraw-Hill.
- Rosenweig, M.R., Breedlove, S.M & Watson, N.V. (2005). Psicobiología: una introducción a la neurociencia conductual, cognitiva y clínica. Barcelona: Ariel.