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Aprender a redactar - Cómo decir casi lo mismo

Por Massaber Tu Futuro Profesional @MasSaber_es

Hay mil formas de decir lo mismo. Mil formas hay, sí, de decir una misma cosa. Para expresar una idea, explicar un suceso, transcribir hechos en palabras, se puede hacer de muchas maneras distintas. El lenguaje ofrece herramientas para traducir, a sonidos o letras impresas, de múltiples formas diferentes, pensamientos o estados de cosas. Igual que de un idioma a otro un texto puede presentar muchas traducciones distintas, y todas válidas, podemos expresarnos en el nuestro de muchas formas distintas.

Hay mil formas de decir lo mismo. Las palabras son como piezas de un puzzle con infinidad de combinaciones posibles. Se pueden usar sinónimos, cambiar las estructuras gramaticales, poner el acento en uno u otro aspecto cambiando el orden de los factores... sin alterar el producto. Con cada cambio se introducen matices, sí. Hay mil formas de decir lo mismo, pero todas son distintas.

Se puede cambiar el orden, por ejemplo, de las palabras: mil formas hay de decir lo mismo. Lo mismo se puede decir de mil formas distintas. Formas distintas hay mil de decir lo mismo. Decir lo mismo, de mil formas se puede. Quien dice mil, dice novecientas noventa y nueve. En el curso, uno de los ejercicios que propongo es escribir, de veinte maneras distintas, una frase muy sencilla. Hay muchas formas de hacerlo.

Aprender a redactar - Cómo decir casi lo mismo

Usar sinónimos: existe un millar de maneras para expresar una cosa. Se pueden enunciar con múltiples fórmulas mensajes equivalentes. Encontramos cientos de procedimientos para exponer, proferir o comunicar idénticos, similares, parecidos o exactamente iguales conceptos, nociones, ideas, sensaciones, impresiones o expresiones.

Se pueden también modificar las estructuras gramaticales: a la hora de decir algo, se pueden elegir muchas formas distintas de hacerlo. Para decir algo, se puede usar una subordinada de infinitivo. Se puede elegir de entre infinitas posibilidades la que más se acerca a lo que queremos expresar. Se puede soltar algo espontáneamente de la primera forma que nos viene a la cabeza, o se le puede dar vueltas hasta dar con la “palabra exacta”, como decía Juan Ramón Jiménez. Y como, luego, otros han dicho... de otra forma.

Podemos buscar la rima para expresar nuestra idea si la cosa no marea y, al revés, nos anima. O mostrar seriedad, si el caso lo requiere, no sea que se mosquee a quien tengamos que hablar. Podemos decir las cosas sin tapujos ni remedos, o buscar sutiles formas de llegar ahí con rodeos.

Mil formas hay de decir lo mismo, pero todas son distintas. Y si las quieres aprender, solo hay una manera: practicar.


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