Revista Coaching

«Aprender GTD»: La dichosa Revisión Semanal

Por Jofoba @jordifortunybad

Después del último post, donde hacía una pequeña recopilación de la serie, vamos a continuar con el cuarto paso: Reflexionar. Popularmente conocido como la Revisión Semanal.

Hace unos años ya escribí una serie dedicada íntegramente a esta, que te recomiendo leer con tranquilidad si se te sigue atragantando.

Así que, como todo lo que puedo decir sobre la Revisión Semanal ya lo dije, no le voy a dedicar mucho más.

Me voy a centrar en una cuestión a más alto nivel sobre este hábito. Sobre todo basándome en las muchas más horas de experiencia enseñando GTD acumuladas desde entonces.

Que los cinco pasos de GTD no son pasos seguramente ya lo tienes claro. No van uno detrás de otro como si fuera una simple secuencia. No es un flujo de trabajo, es una manera de trabajar y, por qué no decirlo, de vivir.

Y el paso cuarto «Reflexionar» es el que menos pinta de paso tiene, y el que menos encaja en esta secuencia. De hecho, en una infografía de todo GTD con la que trabajamos en las formaciones oficiales, lo han tenido que dibujar descolgado del resto.

Por no decir que, si te fijas, es el único paso que no llamamos por su nombre. Oficialmente, es «Reflexionar», pero para tod@s es la «Revisión Semanal». Parece que el maestro David Allen lo encajó como buenamente pudo.

Personalmente, siempre he pensado que, aunque no uses GTD, la esencia de la Revisión Semanal debería ser «obligatoria» para cualquier persona. A día de hoy, y se lo he preguntado a centenares de personas, no hay nadie que me haya negado que dedicar una hora semanal a reflexionar —con plena atención— sobre tus asuntos no sea un buen ejercicio.

Así pues, si tan evidente es que nos va a traer beneficios, ¿por qué nos cuesta tanto?

Hace unos días, José Miguel Bolívar me comentaba algunas de sus reflexiones, ligadas a la posible percepción negativa que muchas personas puedan tener al respecto de la «obligatoriedad» de esta revisión.

Seguramente valorar cómo de bien haces la Revisión Semanal, basándote únicamente en la cadencia en la que la haces, no sea una buena idea.

Si tienes muchos cambios en tu vida y tu perspectiva a corto plazo flojea, o si tu sistema no está actualizado, o si pierdes la confianza en él, seguramente vas a notar que necesitas hacer la Revisión Semanal de manera natural. Es como cuando tienes sed, lo notas.

Puedes pensar en la Revisión Semanal como una herramienta que llevas siempre en el bolsillo. Utilízala cuando te sea útil. Puedes hacerla dependiendo de cómo haya fluctuado tu nivel de confianza en tu sistema en esos días. O también, sencillamente, porque te ha apetecido refrescar tu perspectiva a corto plazo.

Allen insiste mucho en que una de las principales dificultades a la hora de implementar GTD es que las personas no perciben el valor que aporta hacer la Revisión Semanal.

Ahora, con el paso del tiempo, y todas las horas invertidas convenciendo al personal de sus bondades, es cuando me cuestiono si no es precisamente cómo él la plantea el principal escollo para su implementación. Y lo que genera rechazo.

Vuelvo a lo que te decía unos párrafos antes. ¿No te parece raro que encaje tan mal en los cinco pasos? ¿No te parece que le hizo el hueco porque no sabía cómo encajar este hábito en el esquema?

Sea como sea, no te pienses que te estoy invitando a dejar de hacer la Revisión Semanal. Lo que te estoy proponiendo es que la hagas en el tiempo y la forma que quieras, pero respetando su propósito: revisar tu sistema para mantenerlo actualizado, completo y accionable para que así te proporcione la confianza que necesitas.

Cuando me preguntan trucos para fijar el hábito, siempre digo lo mismo, trascendiendo los típicos consejos sobre crear rituales: la revisión de tu sistema es un regalo para ti.

Si te lo quieres perder, ¡allá tú! 😉

Photo by Johnny Cohen on Unsplash

La entrada «Aprender GTD»: La dichosa Revisión Semanal se publicó primero en Efectivitat.


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