
Otras aves se concentran en bandadas, y numerosas especies de peces se agrupan en bancos. "Pero el comportamiento del pingüino emperador es distinto: intenta reducir el espacio entre los individuos [para mantener el calor]", explica el físico Richard Gerum, de la Universidad de Erlangen-Núremberg. Sus modelos sobre la aglomeración de los pingüinos podrían un día servir para favorecer el tráfico humano. Imitando esos modelos –y los movimientos de compensación–, podríamos imaginar un futuro con automóviles sin conductor que viajen a apenas pocos centímetros unos de otros.
