En nuestro blog de British Bubbles. Hablamos siempre sobre los métodos de educación para niños, como enseñar a un niño, como debemos cuidarle… Pero, pocas veces hablamos de lo que los padres podemos aprender de nuestros niños. Aunque acaben de llegar a la vida y su experiencia es muy poca, hay muchas otras cosas que nos pueden aportar. Y que seguramente no veamos si nunca tenemos niños. Hoy vamos a ver solo algunas de las cosas que me encantan de ser madre.
Que tendrán los niños.
Hace poco, leía uno de los típicos mensajes de facebook, que me hizo pensar. Decía: “Nunca entenderás a tus padres, hasta que tu lo seas”. Una frase que me encanto por que lo había sentido en muchas ocasiones. Y me hizo pensar en mis primeros años como educadora infantil (hace ya más de 15 años) ahora todo lo veo de una forma muy natural, aunque no siempre ha sido así.
Los primeros años que pase con niños, me sirvió para aprender, pero no solo de niños. Sino de la vida en general y sobre todo del desarrollo humano. La mayoría de la vida, la pasamos sin hacernos preguntas. Que nos suelen venir a la cabeza cuando vemos a niños jugando, interacctuando…
La pregunta es ¿cómo hemos llegado hasta aquí? Todos sabemos como aprendimos a contar, a sumar, la historia… Pero ¿cómo es el proceso por el que somos la persona que

La observación es el mejor medio para aprender de nuestros niños durante la etapa de bebé. El ser humano, es muy complejo, y para conseguir todos los desarrollos que nos hacen adultos. No es sencillo. La cuestión es que como los primeros años de vida no los recordamos, los damos por perdidos. Y no pensamos mucho en ellos.
Es muy curioso, lo que puede suponer los primeros años de un niño. Los cuales no recuerda. Pero sus padres si. Es complicado de explicar, como puede ser posible que los que pueden que sean nuestros mejores años como adultos, los compartamos con una persona que no va a tener consciencia de todo ese tiempo y que luego no nos va a agradecer, ya que no lo sabrá. Y a pesar de ello, nos esforzamos día a día. Para darle lo mejor a nuestro peque. Por eso, se dice que es el amor más desinteresado.
El desarrollo evolutivo, nos va a enseñar los pasos que seguimos para hacer y pensarlo todo. Los primeros años debemos asentar sus bases. Y a la vez aprender de lo que el hace.
Desde la total fragilidad del nacimiento, donde no es consciente de casi nada (o eso nos parece) ya que desde el primer segundo fuera, su cerebro está recopilando información a un ritmo muy superior al de los adultos. En tan solo 3 años, será capaz de dominar un idioma (o más) mejor que si un adulto se pasa 15 años estudiándolo. Ha conseguido coordinar todos sus movimientos. Algo que nos parece tan simple, resulta ser uno de los sistemas más complicados que existen en la naturaleza.
Si quieres aprender de tu niño, lo único que tienes que hacer es observarle. Intenta enteder por que hace lo que hace y que le motiva. Día a día, iras viendo como va aprendiendo cosas nuevas y sorprendentes, si nos ponemos en su punto de vista. El problema de los adultos a la hora de reconocer su merito. Es que son las actividades que siempre hemos realizado. Con lo que las vemos básicas, siendo mucho más compleja que ninguna de las que vayamos a aprender nunca.