Revista Medio Ambiente

Aprendizaje de julio: escribiendo se escribe

Por Valedeoro @valedeoro

Valentina escribiendo en su buro

Mi reto de julio había sido escribir 2000 palabras cada día para terminar el libro que lanzaré este mes. Para asegurar de que iba a cumplir con mi propia meta creé un objetivo en beeminder anotando todos los días el número de palabras escritas. “Escribir un libro” era un objetivo demasiado grande. A cambio, “escribir 2000 palabras” me pareció lo suficiente exigente como para cumplir con mis fechas de entrega y a la vez no desesperarme en el proceso.

Cambios de objetivos

Cuándo definí mi objetivo no sabía cuántas palabras iba tener el libro. Escogí los 2000 palabras, porque pensé que entre mi ejercicio matutino de escribir 750 palabras a lo libre y mis entradas del blog, este número me obligaría trabajar un poquito en este proyecto cada día. El problema era que terminé con el texto del libro antes del final del mes. Durante el proceso de mi propia revisión y mientras el libro estaba en manos de mi editora, aproveché los números sobrantes de palabras para practicar mi escritura en otros ámbitos. Así que de escribir 2000 palabras de tirón pasé a escribir varios fragmentos de textos entre 300 y 1000 palabras cada uno.

Fracaso, corrección de curso y una amenaza

gráfico con las palabras esritas por día

Gráfico que muestra el total de palabras escritas, así cómo el tiempo que puedo pasar sin escribir. Haz click para verlo más grande.

No había tomado en cuenta de que la revisión del libro sí que tomaba tiempo, aunque no computaba en número de palabras. Lo mismo pasa con la preparación de las entradas del blog para su publicación. Hay todo un trabajo detrás del proceso de escritura que no genera palabras nuevas. Entre estas tareas y la vida en general, el 21 de Junio me desvié de mi meta. Durante todo el día el programa Beeminder me había mandado recordatorios sin éxito. Así que el día 22 tuve que reanudar el objetivo y empezar de nuevo (es la interrupción que ves en el gráfico).

Para no repetir el mismo error introduje tres cambios:

  1. Reduje el número de palabras a 10.000 semanales para poder tomarme un día libre de vez en cuando.
  2. Introduje mis detalles bancarios en la página web. Si me desvió otra vez, me costará 5 US$. Es una penalización más bien simbólica, pero te juro que me funciona muy bien
  3. Por primera vez en la historia del blog mi planificación de temas va más allá que los próximos dos semanas. Tengo una lista extensa con ideas de entradas así que en cualquier momento puedo ponerme a escribir sin esperar que venga la musa.

Como puedes ver en el gráfico no estoy del todo “a salvo”, muchos días me arrastro por el borde de lo mínimo. Aún así estoy avanzando y eso es lo importante. Por el momento el final de este reto lo he definido como el 31 de Agosto, ya que quiero aprovechar las mañanas tranquilas para escribir y preparar los contenidos del blog de té con más antelación.

¿Qué pasó con el libro?

El libro está escrito y saldrá dentro de pocos días. Faltan algunos detalles, sobre todo a nivel de producción y distribución. Resulta que el contenido no lo es todo si no se presenta de forma amable. Probablemente antes del final de esta semana tendrás la oportunidad de echarle un vistazo. Si quieres ser la primera en saber del lanzamiento, subscríbete a esta lista. Caso contrario ya te avisaré a través del blog y Facebook.

¿Como ha ido tu reto del mes pasado?


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