Revista Salud y Bienestar

Aprendizaje, desaprendizaje, cambio, evolución y extinción

Por Robertosancheze

Esto es sólo mi opinión, que cambia constantemente. No me creas. Crea la tuya.

Mira que están de moda aprender y desaprender, cuando en realidad son lo mismo. ¿Acaso no aprendes cuando desaprendes? ¿Y no desaprendes cuando aprendes?

En fin, sea como sea, la gracia de aprender y desaprender es básicamente una: cambiar.

Entonces, teniendo en cuenta que no solemos acertar al generalizar o categorizar estrictamente en blanco o negro –por lo que ahora mismo puede que ya me esté equivocando, y lo asumo–, creo que podríamos dividirnos en dos grupos: los que aprendemos y desaprendemos, es decir, cambiamos, y los que ni aprenden ni desaprenden, o sea que no cambian nunca.

Los primeros somos valientes, curiosos, inquietos e intrépidos. Nos gusta probar cosas nuevas, probar, experimentar. No nos aferramos a nada. ¡Qué difícil! ¿Seguro? Nos desprendemos tan fácilmente de nuestras creencias anteriores –siempre tenemos creencias, siempre– que incluso perdemos credibilidad, sobre todo las del otro bando, la confianza de los que no cambian. Pero a nosotros nos da igual; el cambio y la necesidad de adaptación son nuestro alimento. El resultado final tiene un nombre: evolución.

Los segundos son cobardes, mesurados, pasotas y extremadamente prudentes. El miedo a tan siquiera considerar una visión distinta a la suya les hace temblar y quedarse pasmados, estáticos. Cuando se encuentran ante una persona que hace las cosas de manera diferente se sienten ofendidos, reflejo de cuanto dudan de su propia forma de entender la vida. Se agarran a sus dogmas como garrapatas y entonces ni aprenden ni desaprenden. No cambian de opinión, mentalidad o hábitos jamás. No se adaptan. El resultado final tiene un nombre: extinción.

La vida sólo sigue para aquellos que aprenden, desaprenden, se adaptan, cambian y evolucionan.

El resto se extingue.

 


Volver a la Portada de Logo Paperblog