Aprendizajes de la despedida de solteros

El sábado pasado, nuestros amigos nos secuestraron para la despedidas de solteros. Durante 19 horas (¡literalmente!) las “amigas cabronas” hicieron todo para asegurarse que nuestra relación está hecho para sobrevivir hasta las circunstancias más adversas. Nos reímos a carcajadas, pasamos vergüenza, arrojamos colores, comimos cosas nuevas, nos disfrazaron y bailamos hasta el amanecer (¡literalmente!). Te comparto algunas impresiones y, sobre todo, aprendizajes de este día.

Retos de superación personal

Cantando en el metro

Las dos actividades más difíciles de toda la noche eran sin duda “cantar en el metro hasta que el público (involuntario) aplaude” y “vender chicle en la calle”. En ambos casos nuestro éxito dependía de personas que no tenían ningún interés en nosotros. Es diferente hablar en una conferencia dónde te esperan que cantar en el metro una canción que no conoces, disfrazada de hawaiana. Es más fácil compartir mi pasión por mi té de lujo que vender un chicle en la calle, aunque sea por 10 céntimos. Como no pude basar mi presentación en mi propia convicción, explicamos el motivo a los oyentes: nos casaremos, esto es un aprueba, ayúdanos. Y en la mayoría de los casos las personas estaban más que dispuestas de aplaudir o invertir algunos céntimos en un chicle.

Lección aprendida: si no te convence tu propia oferta / actuación, no convencerás a nadie. A no ser que tienes una explicación interesante de por qué te has metido en esto.

Retos sociales divertidos

¿Te harías un selfie con nosotros?

Estos retos los llamo divertidos, porque la persona que participaba se divertía tanto como nosotros: hacernos selfies con una serie de personajes (un hombre cachas, un vendedor de tienda, una pelirroja, un jugador de basket, un grupo de chinos, …), iniciar la conga en el Holi Festival, pedir a dos chicos que nos dejaran subir en sus hombros, y llamar a un número aleatorio para entablar una conversación cualquiera. A diferencia de los retos anteriores, aquí los participantes se divertían tanto como nosotros, así que solo teníamos que armarnos de valor para hablar con la persona elegida. El resto fluía por si solo.

Lección aprendida: si tu petición añade algo positivo a la vida de la otra persona (aunque sea diversión), todos ganan.

Disfraces apropiados

Formando la letra “O”.

Por la tarde (diversos retos y el festival de colores en Barcelona) estuvimos disfrazados de hawaianas. La cena y el baile lo disfrutamos vestidos de Mariliyn Monroe y Elvis Presley. En ambos casos los disfraces iban acompañados de gafas de sol, a los que atribuyo el hecho que no me morí de la vergüenza al cantar en el metro o formar las letras de nuestro nombre en el suelo en pleno festival. Un disfraz puedes llamar la atención al mismo tiempo que puede explicar lo que estás haciendo. Las amigas que nos acompañaban llevaban el echarpe de “despedida”, así que la razón de nuestro disfraz era muy obvio. Agradecí el disfraz para “explicar” nuestro comportamiento y las gafas para esconderme detrás de ellas.

Lección aprendida: Escoge bien con lo que vistes, porque mandas una potente señal a los que te rodean.

Relaciones reforzadas

Si, la Mariliyn Monroe soy yo :)

Tanto nuestra relación de pareja como la amistad con todos que hicieron posible esta noche mágica ganaron con esta experiencia. Sé que puedo fiarme de mi pareja hasta en las situaciones más absurdas. Me quedé impresionada con el cariño que nos tienen nuestros amigos por dedicar tantas horas y tanta energía no solo a la fiesta, sino también a la preparación de todos los detalles desde los retos, la idea del Festival de Colores, la degustación de platos de Indochina a los disfraces y la fiesta hasta el amanecer.

Lección aprendida: escoja bien tus amigos, porque son las que organizarán tu despedida de solteros.

¡¡Gracias amigas cabronas!!