Página principal del sitio web Apretaste!
Tatiana quiere vender un cochecito de niños, Humberto está interesado en unos zapatos deportivos y la jubilada de la esquina está rematando un buró de caoba. El trueque y la compra-venta individual alivian en algo el desabastecimiento de los mercados estatales. Así que se ha hecho común ver pegados en muros y paredes los anuncios donde se ofrecen una casa en venta o los servicios de alguien que repara muebles. Los sitios de clasificados en Internet también comercian con cuanta cosa uno pueda imaginar, desde una antena parabólica ilegal hasta comida para pájaros.
A pesar de la poca conectividad, los portales al estilo craiglist resultan muy populares dentro de la Isla. Algunos de ellos han desarrollado estrategias para llegar a los lectores cubanos, como la distribución de clasificados por correo electrónico. Tal es el caso de la aplicación Apretaste! que ofrece el servicio de enviar y recibir información por email para usuarios en nuestra “Isla de los desconectados”. Ganador de un hackathon celebrado en Miami en febrero pasado, el sitio tiene mucho potencial y presume de un diseño sencillo y nada pesado.
Al visitar la página de Apretaste!, recuerdo una frase que siempre repito cuando encuentro alguna dificultad. “La creatividad es esa capacidad de abrir una ventana cuando la puerta está cerrada”, me digo como un mantra en situaciones complicadas. Pues este portal de clasificados es una diminuta y prometedora ventana que se ha abierto en el férreo muro de la desconexión. Un soplo de aire corre a través de ella.
Espero que un día Tatiana, Humberto y la jubilada de la esquina no sólo puedan usar las potencialidades de Apretaste! a través del correo electrónico, sino también entrar en su web, dar un clic, colocar una frase en su sencillo buscador y encontrar de esa manera aquello que tanto necesitan.